lunes, 30 de abril de 2018

PRIMERO DE MAYO



Primero de mayo, conocido como el “Día de los Mártires de Chicago”, y cuyo origen está en las luchas que sindicalistas americanos desarrollaron en 1886 para reivindicar la jornada laboral de 8 horas. Iniciada con la consigna de: “...«Obreros, que vuestra consigna sea: ¡Cobardes a la retaguardia! ¡Hombres al frente!»...” Pronunciada por August Spies, provocaría que fechas más tarde cinco de ellos fueran ahorcados. A partir de esa fecha todos los trabajadores del mundo celebran su día de reivindicación más popular.

Un día de lucha, no de descanso. Y que en nuestro Pueblo nace desde las entrañas de Triano, antes yermos despoblados, donde la explotación del mineral del hierro hizo crecer un potente movimiento obrero, ya desde los inicios de 1880. Cuyos vecinos en mayo de 1883, en una carta enviada a la prensa, presentaban como: “...«Una numerosa población diseminada por aquellos montes, que no podía permanecer más tiempo privada de los derechos de ciudadanía, viviendo como parías, en medio de una sociedad cuyas cargas levantaban sin opción a participar de ninguno de sus derechos»...” Y que años más tarde ,en 1885, en el mismo medio de difusión decían, con motivo de la llegada de las elecciones: “...hoy que un honrado trabajador se ve obligado a elegir entre votar por el candidato que el amo le indica, o que este le ponga de patitas en la calle...” En esas condiciones de vida, no iba a ser raro que desde esas minas partiera toda la lucha que la clase obrera iba a desarrollar años más tarde.

Como decía en 1887, al referirse al primero de mayo, un escritor: “...«Es el día en que la clase trabajadora, los desheredados, las victimas de todas las iniquidades sociales, se reúnen para demostrar a la clase opresora la justicia de sus pretensiones»...”

Y es precisamente hoy, en que los derechos de los trabajadores se ven pisoteados con jornadas abusivas, con salarios de miseria, con condiciones de trabajo cada vez más leoninas, que esta fecha toma cada vez más sentido. Para luchar y reivindicar, derechos que ya teníamos, y que estos gobernantes han hecho retroceder, el derecho a salarios dignos, a contratos dignos, a pensiones dignas.


!GORA MAIATZAREN LEHENA!

!VIVA EL PRIMERO DE MAYO!

miércoles, 25 de abril de 2018

NAUFRAGIOS EN LA RÍA, EL TOÑIN



La mayor parte de los naufragios en nuestra costa, en la de Getxo, a lo largo de la historia se produjeron en la temida barra de Portugalete, algunos en nuestras playas o en la Galea. ¿Pero cuantos naufragios se produjeron en la ría?. Esa es una pregunta que poco a poco trataré de contestar.

Desde aquellos primero naufragios, de los que se tiene conocimiento, como el Bretón “San Agustín” 1730, el Francés “La Genoveva” 1735 o la “Juan y María” de 1753, hay uno de ellos que hacia la mitad de la Segunda República Española, dejó huella, incluso fotográfica, de nuestra ría.

Se trata de un vapor construido en 1889 en los astilleros de J. Fullerton, en Paisley (Escocia). Medía 31,66 metros de eslora, 6,23 de manga y 2,56 de puntal, con un calado a toda carga de 11 pies, a popa. Desplazaba 160 toneladas, siendo de 59 el tonelaje neto, y estaba provisto de una máquina de alta y baja presión de 35 caballos efectivos, con una marcha normal de siete a ocho millas hora. A lo largo de su vida tuvo varios nombres, desde el inicial Amy, que en 1922 cambiaría por “Toñín García”, aunque se le conociera más habitualmente con el primer nombre “Toñín”.


Perteneció a una flota llamada “María Cruz”, cuyos barcos pertenecían a la Casa armadora de D. Francisco García, de Bilbao y Santander. Barcos que eran conocidos con el nombre de “los Marías”. Desde el año 1922 pasó a ser propiedad de la Compañía “Vapores Costeros, S. A.”, domiciliada en Bilbao. Se dedicaba al servicio regular de mercancías entre Pasajes, Rivadeo y puertos intermedios del Cantábrico.

El 23 de marzo de 1934, toda la prensa local y la del Estado recogían en sus páginas, el naufragio del “Toñín”: “...A la una y cuarto de la madrugada de ayer naufragó en Las Arenas, yendo a montar sobre la escollera del muelle del Relleno, frente al monumento en construcción a Churruca. El vapor español "Toñín", de matrícula de Bilbao, perteneciente a la Empresa "Vapores Costeros, S. A.", presentada por los consignatarios Sres. Acha y Arregui, de la plaza Uribitarte....”

El relato del inicio del naufragio lo realizaba el patrón del vapor, D. Paulino Fernández Jardón a pie de escenario: “...Salimos de Santander, próximamente a las ocho de la noche, llevando a bordo ciento veinte toneladas de carga general, entre ellas setenta y nueve de café y cacao, procedentes de Centro América, transbordadas en Santander del trasatlántico francés "Cuba", con destino al comercio de Bilbao...”

Durante todo el día el fuerte Noroeste reinante, con algunas ráfagas de Norte, provocó un temporal durísimo. Para hacerse una idea de la situación en la ría, baste recordar que: “...era tal la violencia del viento, que a las nueve de la noche se podía observar cómo el transbordador del puente de Bizkaia, detenido en el muelle, era mecido por el vendaval…” El temporal provocó que varios buques tuvieron que entrar de arribada forzosa y suprimir la salida algunos de los que pensaban hacerse a la mar.

Tras una travesía, en la que navegaron con un fuerte viento del noroeste, y mar gruesa, a pesar de que la tempestad parecía echar una partida a la muerte, el barco soportó admirablemente, probablemente debido a sus excelentes condiciones marineras, los envites de las olas. A las once y media avistaron la luz de la Galea, embocando el puerto exterior sobre la una menos, coincidiendo con la hora de la bajamar.

Enfilada la ría, y al llegar a la altura del inicio de la mojojonera de Las Arenas, falló de repente el guardín de estribor, lo que provocó un brusco giro del timón a la banda contraria. Ese giro ocasionó que el barco diera una brusca guiñada, virando a babor, yendo en un momento sobre las peñas de la escollera del muelle, en el lugar llamado el relleno de Churruca. Fruto del choque contra las rocas, a flor de agua se veían la proa y parte de la chimenea y del puente.


El patrón, tan pronto como el barco quedó sin gobierno, comprendió que de nada serviría intentar guarnir un aparejo para gobernar a popa, porque el ancho de la ría no permitía realizar la maniobra a tiempo. Rápidamente ordenó a su tripulación que tratara de alcanzar la orilla, y al maquinista D. Francisco Antonio Fontao, que apagara los fuegos y abrir los escapes de vapor para evitar que la caldera hiciera explosión. Al quedar el barco encaramado de proa sobre las peñas, muy cerca del muelle, facilitó que los siete miembros de la tripulación pudieran alcanzar tierra. Durante todo el día, fue incesante el desfile de curiosos para ver la situación en que había quedado el vapor siniestrado.

Enseguida llegaron las primeras ayudas. El subdelegado de marina les acompaño hasta el Hotel Antolín, situado en la Plazuela de Las Arenas (la del Puente Bizkaia actualmente), donde quedaron hospedados y se realizaron las primeras tomas de datos sobre el accidente. Para más tarde, al llegar los consignatarios del vapor, trasladarse a Bilbao.

La carga que transportaba el “Toñín” sobre la cubierta, bocoyes de vino, bidones de aceite, cajas con latas de petróleo y otros efectos, fueron recogidos, algunos en la playa de Las Arenas y otras zonas próximas, desde donde fueron llevados a un almacén, permaneciendo bajo la custodia de los carabineros.


Días más tarde, aprovechando la mejoría del tiempo, el casco del vapor “Toñin” fue revisado por un buzo, comprobando que el mismo, al quedar apostado sobre las rocas, había sufrido abolladuras en algunas planchas, presentando abierta una vía de agua, que por fortuna, no era tan extensa como se temía en un principio. Por lo que decidieron empezar a alijar la carga, para hacer una taponadura provisional en el casco, y si el tiempo lo permitía, tras terminar el alijamiento, intentar levantarlo por medio de la grúa flotante de la Junta de Obras del Puerto. Una vez puesto a flote con el auxilio de un remolcador fue conducido a la playa que se extendía al fondo de la Dársena de Galdames en la jurisdicción de Sestao, donde se procedió a su reparación.

De aquel naufragio dieron cuenta varios periódicos bizkainos: “El Noticiero Bilbaíno”, “El Nervión”, “Euzkadi”, “La Gaceta del Norte”, “El Pueblo Vasco” Y “La Tarde”. También lo hicieron otros del resto del Estado como “La Vanguardia” de Cataluña, y los diarios madrileños: “Luz”, “La Libertad”, “Ahora” y “Siglo Futuro”. Pero como decía uno de aquellos diarios que informaron sobre su hundimiento, lo más importante de aquel echo fue: “...«Que se salvó toda la tripulación»…”


domingo, 22 de abril de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -33-



En la anterior entrada veíamos cómo varios vecinos de Las Arenas se dirigían al Ayuntamiento solicitando permiso para construir un camino arbolado desde las casas de D. Álvaro García y de la Sra. viuda de Anduiza hasta enlazar con la calle que se dirigía a la Capilla de Santa Ana. En esta veremos la importancia que se daba a los fondos municipales, y las necesidades de información administrativa y legal parece que anidaban en nuestro munícipes. Y cómo trataba la prensa en agosto de 1882 al barrio de Las Arenas, del que decía que hacía veinte años, tan solo había en él no más que dos ó tres edificios y aquella llanura era toda arenales y dunas sin ninguna vegetación. Y en ese año estaba cubierta de bosques y Jardines frondosos, entre los que se alzan multitud de lindos y suntuosos edificios.

A mediados de noviembre de 1882 se nombraba como depositario de los fondos municipales a D. Juan Manuel de Ugarte, vecino y propietario con casa en la calle Carretera de Algorta (Actual Algortako Etorbidea), y lo hacía siendo responsable subsidiario con: “...«todos sus bienes habidos y por haber para el cargo de depositario»...”

A final de noviembre de 1882 las necesidades de información administrativa y legal parece que anidaban en nuestro munícipes, puesto que tomaron la decisión de realizar la compra de varios libros, entre ellos estaban: El “Diccionario General de Formularios”, “Derecho Administrativo Provincial y Municipal”, “Manual de Procedimiento Administrativo de Apremio”, la entonces novísima ley de “Aguas Puertos y Canales “, el Manual de Legislación de Montes y Policía Rural”, la “Constitución del Estado” del 30 de junio de 1876, el “Manual de Caza y uso de Armas” y el “Diccionario de la Academia”.


Así mismo el primer teniente de Alcalde proponía al pleno que se tomara en consideración el arreglo del camino al Campo Santo de Algorta, y que fuera el sacristán de San Nikolas, quien se hiciera cargo de las llaves de la puerta de hierro que daba acceso a dicho recinto.

La sidra era otro de los temas a tratar por el consistorio. A finales de noviembre el vecino de Las Arenas D. José María de Aramberria, enviaba una solicitud al Ayuntamiento para que se les aliviaran los impuestos que sobre esta bebida se venían aplicando. El Consistorio accedió a sus demandas y se rebajó un quince por ciento por vía de merma a las barricas que dicho vecino tenía en su bodega de Las Arenas, y que la destinada a la exportación pagara, por cada vez, un cuarto de pipa como impuesto.

Y a pesar de que como decía la prensa en agosto de 1882: “...«Hace veinte años aun no había en las Arenas más que dos ó tres edificios, y aquella llanura era toda arenales y dunas sin ninguna vegetación. Hoy la cubren bosques y Jardines frondosos, entre los que se alzan multitud de lindos y suntuosos edificios»...” Entre algunos de sus habitantes, sobre todo los más hacendados, estos encabezados por D. Ezequiel Aguirre, a todas luces promotor de la gran urbanización que se iba a desarrollar en esos arenales, surgía una demanda, que ya había tomado cuerpo en julio de ese año, y que en diciembre de 1882 volvía a ser tratada por nuestros ediles: “...«Numerosos vecinos y propietarios del barrio de Las Arenas, teniendo presente que ninguna mejora se ha podido realizar en aquel barrio, debido a la escasez de recursos en obras de mejora de la plaza y calles, las cuales darían impulso para que la edificación se desarrollase con mayor escala en el barrio naciente»...” Solicitaban al consistorio que se abordase la mejora de calles y plaza de dicho barrio. El Ayuntamiento acordaba dirigirse a la Delegación Provincial de Hacienda, a fin de que con los recursos de la venta de propiedades comunales se atacaran aquellas demandas.


A mediados de diciembre de 1882 terminaban los exámenes en uno de los centros de enseñanza de Algorta, “La Purísima Concepción”. Las actas municipales y la prensa recogían la noticia: “...«Han terminado los exámenes en el colegio de la Purísima Concepción, dirigido por la señorita Dña. Carmen Gómez. Los mismos se realizaron bajo la atenta mirada de D. José de Ansoleaga, teniente alcalde y D. Martín Retana cura párroco. La gran influencia de la iglesia se hizo sentir en los mismos, ya que el primer temario consistió en Historia Sagrada, catecismo y moral cristiana, que presentó la directora del centro, comprendiendo ser estas materias las ramas más importantes de la educación cristiana. El señor cura párroco empleó dos horas en preguntas sobre el tema, las niñas jóvenes educadas, hablan con viveza al sentimiento, preparan y conducen el corazón a seguir con decisión y entusiasmo los derroteros y caminos de la virtud. En Historia y Aritmética llenaron su cometido»…” Finalizaban alabando a la directora por: “...«el celo y firme carácter derramado en el corazón de las jóvenes el suave aroma de las virtudes»...” En definitiva, todo un compendio de la moral y conocimientos de la época.

Y como las cosas de la próstata no eran asuntos menores en esos días, el Ayuntamiento, preocupado por las evacuaciones de sus vecinos, encargaba al Arquitecto bilbaíno D. Martín Guridi que: “...«Sin pérdida de tiempo hiciera todo lo posible para colocar un meadero decente en la plaza de Las Arenas»...”

Llegábamos al fin de año, y ya próxima la navidad, nuestros ediles decidían celebrar la natividad acudiendo al banco de la presidencia de la iglesia de San Nikolas de Bari de Algorta.

Hasta en esas fechas las obras avanzaban a buen ritmo, esta vez era la fuente del punto de Santa María denominado “Chacharro”, la llamada a servir a los vecinos del barrio para el abastecimiento de agua. El 28 diciembre de 1882 se plantaban tamarindos en el monte y barranco de Ereaga.


En la próxima entrada veremos los enfrentamientos entre los poderosos hacendados y el Ayuntamiento al tratar estos de pasar por encima del Consistorio, acudiendo a los favores del Gobernador. Y cómo en marzo de 1883 se anunciaba con carteles colocados por el pueblo la feria de ganados en la campa de Alango.

miércoles, 18 de abril de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -32-



En la anterior entrada veíamos que, estando ya encima las fiestas locales, se trabajaba para darles gran vistosidad con festejos populares, quema de vistosos fuegos artificiales y toros embolados. Otro de los atractivos de las fiestas iban a ser las regatas Internacionales del Club Náutico de Bilbao, que se celebraron en ambas márgenes de la ría. En esta entrada veremos cómo varios vecinos de Las Arenas se dirigían al Ayuntamiento solicitando permiso para construir un camino arbolado desde las casas de D. Álvaro García y de la Sra. viuda de Anduiza hasta enlazar con la calle que se dirigía a la Capilla de Santa Ana.


A primeros de octubre de 1882 varios vecinos de Las Arenas se dirigían al Ayuntamiento solicitando: “...«permiso de esta corporación para construir a costa de los mismos, un camino arbolado desde las casas de D. Álvaro García y de la Sra. viuda de Anduiza, hasta enlazar con la calle que se dirige a la Capilla de Santa Ana»...” El consistorio accedió con la condición de que el camino fuera de propiedad municipal y se realizara de acuerdo con las indicaciones del maestro de obras D. Francisco Ciriaco de Menchaca.

Como en todas las épocas los pequeños diablillos de Algorta, durante las fiestas de julio y agosto, se habían dedicado a romper unos farolillos de papel, que el Ayuntamiento había colocado para engalanar las zonas festivas e iluminar las mismas. Así que a los pequeños alborotadores, la autoridad municipal impuso unas multas para resarcir sus destrozos. Multas que en la totalidad alcanzaron los 123 reales.


En octubre de 1882 se encontraba acuartelado en el Fuerte las Canteras de Aiboa, el 5º Regimiento de Artillería. El consistorio venía suministrando al regimiento pan y aceite de forma regular, por lo que el Ayuntamiento decidió reunir todos los recibos firmados por el responsable del acuartelamiento para reclamar a la administración militar el pago de los suministros.

En esas fechas, la maestra de la Fundación de Niñas Pobres de San Martín solicitaba al Ayuntamiento, diferentes libros y objetos para la enseñanza. Por lo que el consistorio decidió enviarle media docena de paquetes de polvos para hacer tinta, otra media de cajas de plumas, además de hilo blanco; así mismo autorizaba a la maestra, con cargo al municipio, a suscribirse al periódico “La Guirnalda”. Este periódico que se publicaba quincenalmente, se empezó a editar en 1867 por el profesor de estudios católicos de Madrid D. Vicente Oliveras, para “ampliar la cultura de la mujer” sobre las bases de la propiedad y el catolicismo más acendrado. Y como decía en su portada estaba destinado “Al bello Sexo”. Sus artículos recogían figurines, patrones y bordados; el precio de la suscripción era de 7 pesetas al trimestre.


Para finales de octubre de 1882, el responsable del mantenimiento de los faroles de Algorta era D. Matías Cuevas, el cual desempeñaba su cargo por ocho reales diarios. Al parecer esa cantidad no era suficiente para su sustento por lo que solicitaba al consistorio que: “...«Se le cedan sin pago las latas vacías donde trae la esencia para el alumbrado»...”

Los derechos de abacería de aquel mes de octubre, por degüello de cerdos, había supuesto para las arcas municipales la cantidad de 2359 reales.

A principios de noviembre de 1882 la estrada de Píñaga, debido a los derrumbes ocurridos en los terrenos circundantes como consecuencia de las fuertes lluvias acaecidas, se encontraba intransitable. Uno de los vecinos, D. Ramón de Guerediaga, que habitaba en Piñaga-Erdikoa, solicitaba ayuda al consistorio para reparar dicha estrada. El Ayuntamiento acordaba reparar aquella estrada junto a las que conducían a los caseríos de Telletxe y Elorri.

El 3 de noviembre de ese año era nombrada maestra de la Escuela de primeras letras de Santa María de Getxo Dña. Andresa Goñi y Zabalza

Días más tarde, el 9 de noviembre, se daba curso a una petición de los testamentarios de Dña. Francisca Antonia de Mugica, que presentaban D. Luciano de Alday y D. Jose E. de Gorrondona, reclamando el pago de 50.000 reales, que adeudaba el Pueblo de Getxo a dichos testamentarios.


Por otro lado, los primeros vigías del Semáforo de la Galea D. Miguel Morales (Jefe del Semáforo) y el segundo vigía agregado D. Ricardo Sarachaga y Arteaga, solicitaban ser exentos del pago de derechos municipales de consumo. El 12 de octubre se había abierto al público dicha estación electro-semafórica.

A mediados de noviembre se trabajaba en la ejecución de los desmontes y terraplenes de los solares del barrio de Algorta que llamaban de “Alangüetas” para realizar las rasantes de las calles para edificar en dichos solares. El consistorio pedía a los propietarios de esos terrenos que tapiaran los limites de sus propiedades a fin de hacer que las obras de rasantes fueran: “...«Más perfectas y evitar cuestiones de deslindes»...” A la vez se proyectaba realizar una carretera desde Amorotoena (junto a la plaza de Jardingana) hasta el barranco del Castillo, en el punto denominado Arrigunaga. Formaban parte de esas obras la continuación de las que se estaban realizando desde el Casino hasta Jardingana, que iban a continuar hasta San Martín. También en dicho proyecto se incluía otra que iba desde la encrucijada de Jauregi hasta la Iglesia de Andra Mari, en Getxo.

En la próxima entrada veremos la importancia que se daba a los fondos municipales y las necesidades de información administrativa y legal parece que anidaban en nuestro munícipes. Y cómo trataba la prensa en agosto de 1882 al barrio de Las Arenas, del que decía la prensa que hacía veinte años, tan solo había en él no más que dos ó tres edificios, y aquella llanura era toda arenales y dunas sin ninguna vegetación. Y en ese año estaba cubierta de bosques y jardines frondosos, entre los que se alzan multitud de lindos y suntuosos edificios.

domingo, 15 de abril de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -31-



En la anterior entrada veíamos cómo la preocupación por el aprendizaje de algunos idiomas llegaba a ciertos sectores de la población. Y cómo ante la inminencia de la llegada del próximo verano, los propietarios de las casetas de baño, y el propio municipio, comenzaban a estudiar la colocación de pequeños cobertizos móviles, para que los recatados bañistas pudieran cambiarse. En esta entrada observaremos cómo estando ya encima las fiestas locales se trataba de darles gran vistosidad, con festejos populares, quema de vistosos fuegos artificiales y toros embolados. Otro de los atractivos de las mismas iban a ser las regatas Internacionales del Club Náutico de Bilbao, que se celebraron en ambas márgenes de la ría.

A mediados de julio, por primera vez, se pensaba en: “...«la urgente necesidad de establecer un meadero en la Plazuela de Las Arenas (actual Bizkaiko Zubia Enparantza)»...”

Y ya estaban encima las fiestas locales, por lo que se decidía dotarlas de gran vistosidad. Para ello se acordaba que: “...«se celebren los festejos con el mayor lucimiento posible, se quemen vistosos fuegos artificiales a las diez de la noche de los días 31 del corriente, y 11 y 13 del próximo, quemando los primeros en la plaza se San Ignacio y los demás en el Puerto; así como se correrán dos toros en Las Arenas los días 26 y 30 del actual, otros dos el día 31 del corriente y el 6 de agosto con motivo de la celebración de San Ignacio, dos más el 1 y 3 días de San Nicolás, en el Puerto y uno más el día 16 de agosto en el barrio de Santa María; se celebrá regata y cucañas el día 12 de agosto. En la plaza de Las Arenas tocará la música el día 30 de julio por la noche, sin perjuicio de que los haga también por la tarde como en años anteriores»...” Los toros que se corrieron aquel año eran del vecino de Orozko D. Ignacio Ibarrondo.


Aquellas fiestas iban a contar con otro atractivo: las regatas Internacionales del Club Náutico de Bilbao, que animaron a ambas márgenes de la ría, ya que en esos días también se celebraban las fiestas de Portugalete. Éstas, como decía la prensa del 18 de agosto: “...«como de costumbre en semejantes días, contando con el sonoro ruido de las campanas volteadas, y el estampido del cañón»...” Las cucañas y juegos de patos en la ría animaron a los vecinos de ambas poblaciones hermanas. Mientras la anunciada regata calentaba motores con el ambiente que iban creando los chicos del Club Náutico: “...«Gran animación se notaba desde las primeras horas de la mañana entre los propietarios y patrones de las balandras de recreo, o sea entre los yachtmen como ahora les llaman, y los individuos del C.N. de Bilbao que andaban de uno a otro lado luciendo la característica boina roja del país con la estrella blanca del Club»...” A pesar del cariz aturbonado a indeciso del tiempo, hacia las nueve de la mañana dio comienzo la regata ante un inmenso gentío que ocupaba los mutiles de ambas orillas del Abra. Respecto de los premios ofrecidos por el municipio el Ayuntamiento acordó: “...Se adjudique a la lancha de codaste que primero dé la vuelta a la boya el premio de 400 reales, a la segunda 200 reales y al primer bote 100 reales»...” Sin embargo, por una cuestión de cortesía, el consistorio protestó respecto de su presencia en el campo de regatas, ya que los billetes para presenciarla desde una posición de dignidad, llegaron después de realizada la misma. Pero el transcurso de la regata y sus incidencias, quizá sea motivo de otra entrada.


Para el 16 de julio de 1882, las obras del tranvía hasta el casino ya habían concluido, por lo que se instó al Director de la empresa del Tranvía para que fijara la fecha de inauguración.

A finales de julio tomaba cuerpo la escuela de idiomas de Getxo, el 27 de julio se procedía a nombrar el tribunal que iba a seleccionar a los profesores de Inglés y Francés. El mismo estaba compuesto por el mayordomo de la Cofradía de Mareantes D. José Antonio de Uriarte, y el también cofrade D. Martín de Berreteaga; también formaron parte de la misma D. José Ramón de Aqueche, D. Antonio Arrarte; todos los miembros del tribunal formaban parte de la Junta de Primera Enseñanza de Getxo. Para dar forma a la escuela de idiomas se firmó una escritura, que estaba de acuerdo con lo establecido anteriormente, en otra otorgada a la Cofradía: “...«En vista de la escritura otorgada entre el Ayuntamiento y la Cofradía de Mareantes de este pueblo, y de conformidad a lo que ella determina para el caso de que desapareciera la Escuela de Náutica, como así ha sucedido»...”


Al finalizar agosto de 1882, la Compañía del tranvía sentía la necesidad de atraer a gente de otros municipios a Las Arenas, sobre todo de Bilbao, ya que se estaban acabando las fiestas veraniegas, y el barrio empezaba a perder sus visitantes. A fin de cuentas su negocio era el transporte de los visitantes. Para ello se ideó la celebración de una “Fiesta Veneciana” en la Plazuela de dicho barrio (actual Bizkaiko Zubia Enparantza). Se argumentaba que: “...«La Compañía del Tranvía ha decidido celebrar una fiesta Veneciana el 2 de septiembre, de siete a once de la noche, con el fin de retener a la gente forastera y atraer a dicha concurrencia; considerando que la fiesta ha de beneficiar a los fondos municipales, porque con la concurrencia y estancia de dichas gentes se consumirán más artículos sujetos al pago de derechos municipales»...” El consistorio colaboro en aquella fiesta con 500 pesetas.

La seguridad de los fondos y documentación municipal era algo que preocupaba a nuestros ediles. Uno de los artículos de la Ley Municipal, el 159, era el que establecía la obligatoriedad de que: “...«Todos los fondos del Municipio se guarden en una caja de hierro con tres llaves»...” Por ello a mediados de septiembre de 1882 se autorizaba a D. Robustiano Larrondo para gestionar en Bilbao la posible adquisición de una de ellas para: “...«custodiar en ella los fondos municipales»...”

En la próxima entrada veremos cómo varios vecinos de Las Arenas se dirigieron al Ayuntamiento solicitando permiso para construir un camino arbolado desde las casas de D. Álvaro García y de la Sra. viuda de Anduiza, hasta enlazar con la calle que se dirige a la Capilla de Santa Ana.

jueves, 12 de abril de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -30-



En la anterior entrada veíamos cómo marzo de 1882 comenzaba con una curiosa guerra de faroles y cómo en la tarde del 19 de febrero de 1882 se celebraba la primera feria de ganado en la campa de Alango. En esta veremos cómo la preocupación por el aprendizaje de algunos idiomas llegaba a ciertos sectores de la población.

La preocupación por el aprendizaje de algunos idiomas llegaba a ciertos sectores de la población. El día 9 de abril de 1882, varios vecinos de la Anteiglesia presentaban al consistorio una instancia para que los niños pudieran estudiar en otros idiomas. Rápidamente el Ayuntamiento creo una comisión para: “...«interesarse si en Bilbao u otro pueblo un maestro que posea los idiomas de Francés e Ingles, con el fin de ver si esta corporación puede establecer un colegio, que enseñe esos idiomas a los jóvenes del municipio que deseen seguir la carrera de comercio»...” Se dirigieron a los profesores de francés D. Melchor Munárriz y al de inglés D. José Cristóbal.
Ante la próxima instalación del Semáforo en nuestra localidad, y con él la llegada de la línea telegráfica, el 17 de mayo de 1882, el Ayuntamiento decidía: “...«que sería muy útil al vecindario establecer una estación telegráfica en este Pueblo, por lo que queda nombrada una comisión para que recabe los datos necesarios a fin de llevar adelante esa iniciativa»...”


Y como ya estaba próximo el verano, los propietarios de las casetas de baño, y el propio municipio, comenzaban a estudiar la colocación de esos pequeños cobertizos móviles, para que los recatados bañistas pudieran cambiarse. Los propietarios de las casetas de baño D. Esteban Pazos y D. Enrique G. Riera, solicitaban les fuera rebajada en 5 céntimos de peseta la retribución de diez céntimos que cada caseta venía pagando desde el verano anterior, cosa que el Ayuntamiento denegó. Pero algunos hechos relacionados con la mar, a veces causaban problemas a los bañeros, en aquel primero de junio de 1882, un buque que había naufragado en la playa de Las Arenas, causaban problemas para la instalación de las casetas y suponían un peligro para los bañistas; el buque náufrago era propiedad de un vecino de Deusto D. Apolinar Alzaga, y se le demandó para que hiciera desaparecer los resto de aquel naufragio.

A primeros de junio ya empezaban los movimientos para la preparación de una de las atracciones festivas más demandadas de la época, los toros embolados, que se solían correr en las playas del municipio. Tras recibir la autorización del Gobernador Civil, que había sido solicitada por la alcaldía de Getxo para: “...«dar corridas de toros embolados en esta localidad todos los días festivos, durante la próxima estación de verano, se adoptarán cuantas medidas se crean necesarias para prevenir desgracias personales»...”

Mientras la zona comprendida entre las barreras de Amesti y Piñaga eran motivo de queja de algunos propietarios de Algorta, ya que el continuo trasiego de ganado por aquel punto molestaban a los mismos. El Ayuntamiento no intervino porque afirmaba que no era de su competencia impedir el paso de aquellos ganados.


El 7 de junio de 1882 el consistorio, satisfecho por el resultado obtenido en años anteriores, durante la celebración de exámenes generales para todos los alumnos de las escuelas públicas, de niños de ambos sexos, y para seguir con la costumbre establecida en años anteriores para estimular a los pequeños, estableció unas cantidades para la compra de premios, en función del numero de niños y niñas de los respectivos barrios: “...«Para la escuela de niños de Algorta 200 reales, para las niñas 160 reales; para los niños de Santa María 100 reles y para las niñas 80 reales. Así mismo se destinaron 160 reales para la escuela de niñas pobres de San Martín»...” Pero estos últimos se pretendía salieran de los fondos de negocio de dicha fundación.

La procesión del Corpus, según venía siendo costumbre, se iba a celebrar con la presencia de todos los corporativos en la misma, a excepción del capitular de Santa María de Getxo D. Roque de Zavala.

El 22 de junio de 1882, los maestros de Las Arenas D. José de Azcarate y D. Paulino Mendivil, solicitaban una subvención para poder establecer una escuela de niños, por su cuenta, en el barrio de Las Arenas.

El 28 de junio de 1882 se procedía al derribo de la antigua casa matadero. Decían: “...«por no producir renta ninguna al Municipio, y ofrecer un aspecto repugnante al ornato público, en el paraje más céntrico de la población»...” Solicitaron autorización al Gobernador de la Provincia para su derribo: “...«con el fin de aprovechar los materiales para la nueva casa de despacho de carnes»...”


En julio de 1882, como venía siendo costumbre, al acercarse la festividad de los patrones de Algorta y Santa María, el consistorio acordaba: “...«como viene siendo costumbre abonar esta corporación, a los que a los que prediquen aquellos días, se autorice a los párrocos de aquellas para que proporcionen predicador»...”

En la siguiente entrada veremos cómo estando ya encima las fiestas locales, se trataba de darles gran vistosidad con festejos populares, quema de hermosos fuegos artificiales, y toros embolados. Otro de los atractivos de las mismas iban a ser las regatas Internacionales del Club Náutico de Bilbao, que se celebraron en ambas márgenes de la ría.

lunes, 9 de abril de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -29-



En la anterior entrada conocíamos cómo los médicos y farmacéuticos se hacían cargo de la atención de las familias pobres; y cómo las obras del municipio iban concluyendo.

Comenzaba marzo de 1882 con una curiosa guerra de faroles, la discusión empezó con el farol de la casa de D. Miguel de Uria, el dilema era si colocarlo más alto o más bajo. Se sometió a votación recibiendo el voto contrario del Síndico Sr. Larrondo, por lo que quedaba aprobado por mayoría absoluta la propuesta de bajarlo. Sin embargo, aquella propuesta derivó en una mezcla de contrapropuestas. Nadie quería dar el brazo a torcer, sobre si era un farol el que debía bajarse o si se debía modificar la situación de otros faroles del alumbrado público. Si el método de votación era el correcto, o si el farol de la discusión se debía trasladar a la calle de la Carretera (actual Algortako Etorbidea), contra la cochera del Sr. Sopelana. Intervino también D. Manuel de Zubiaga, opinando que dicho farol estaba mejor si se situaba al comienzo de la calle Tetuán (actual Avenida Basagoiti). Y ya solo faltaba la intervención del primer teniente de Alcalde, quien sentenció: “...«Que de ninguna manera consentía que aquel farol, ni ningún otro, fueran movidos del lugar en el que se encontraban»...” También la Comisión de Policía y Fomento intervino en el lance, colocando faroles en Altamira, otro frente a la Escuela de Náutica, otro en Mugaburu, otro frente a la casa del cura Sr. Artega en el Bulevar y otro en aquel punto antes mencionado de la calle Carretera. Finalmente tras sucesivas discusiones acordaron: “…«Que salvo el farol de la casa del Sr. Uria no se muevan de lugar el resto de los faroles»...” Aquellas disputas, no se sabe si por rencillas, envidias, o falta de temas sobre los que discutir, dieron para mucho, ya que en los libros de actas ocuparon cinco páginas. Y, ¿Quién sabe?, si como consecuencia de ello, o de los hábitos de algunos traviesos duendecillos de Algorta, más de 42 faroles terminaron con sus cristales rotos.

Por eso, quizá para evitar más tormentas que enturbiaban los ya caldeados ánimos, se decidía colocar un pararrayos en la torre de la iglesia de Santa María de Getxo, decían que: “...«Con el fin de evitar consecuencias desagradables y desgracias personales»...”


El 9 de marzo de 1882, eran las obras del tranvía las que volvían a las páginas de plenos. La proximidad de la primavera, pero sobre todo la cercanía del verano, y con él los visitantes que tantos dividendos dejaban en nuestros barrios, hacían que sus obras se acelerasen para ver llegar el tranvía hasta el Casino Algorteño: “...«se aproxima el verano, y la llegada del tranvía hasta el Casino, traerá beneficios al vecindario, con un aumento de los recursos municipales, por lo que es necesario que los forasteros se interesen en el Pueblo, lo que se conseguirá con la terminación de las obras mencionadas»...”

El 16 de marzo de 1882 dimitía el profesor de la escuela de Náutica de Algorta D. Eusebio Echaniz por haberse quedado con un solo alumno. Otro de los motivos fue que ante la escasez de alumnado, presentó una solicitud en el Asilo de San Mamés de Bilbao, que le fue aceptada. El domingo día 26 de febrero se celebró un acto de inventariado de los haberes de dicha escuela.

En la tarde del 19 de febrero de 1882 se celebraba la primera feria de ganado en la campa de Alango. Dejaban para próximas fechas: “...«El domingo día 16 del mes de abril la feria inaugural en dicha campa, con toda la pompa que requieren dichos actos»...” El día 14 de abril de 1882 se insertaba el anuncio, firmado por el Alcalde D. Manuel de Zalduondo, de la celebración de dicha feria en el diario “El Noticiero Bilbaíno”: “...«Acordado por el ayuntamiento que presido que en los primeros y terceros domingos de cada mes se celebre en Algorta feria de ganados, en la campa titulada Alango, empezando a las dos de la tarde, pongo en conocimiento del público que con asistencia de la banda de música de este pueblo, que tendrá lugar el domingo 16 del actual»...” Para aquel evento se imprimieron carteles y lanzaron cohetes anunciadores.


A finales de marzo, el día 30, se acordaba crear una escuela de primera enseñanza para niños y niñas, en el barrio de Las Arenas, dotándola de presupuesto económico debido: “...«a la gran distancia que tienen que recorrer, para asistir a las escuelas públicas de la población. Asignando para el maestro se le asignen 1.000 pesetas para gastos de casa y material escolar, y para la maestra 900 pesetas. Anunciando para conocimiento de todos los maestros y maestras interesadas, que están vacantes dichas plazas»...” Muchos de los pequeños, hasta entonces, recibían la enseñanza en Algorta, y otros a través del cura de Santa Ana (Las Arenas) D. Cipriano de Charroalde. Aquel fue el comienzo de la primera escuela pública del barrio que, sin embargo, precisó de un aumento de 500 reales para el sueldo de la maestra, a fin de no grabar a lo padres con aportaciones particulares.

En esas misma fechas el camino de la Rivera hacia de Askanpe (Puerto Viejo de Algorta), se hallaba muy deteriorado: “...«tanto para el paso de personas como de carros, a la playa de Ascampe, por debajo de la Avanzada»...” La llamada playa de Askanpe de Algorta era la rivera, que se encontraba tras el murallón del Puerto Viejo, donde tenía la salida el Kakaleku. Lugar que ya era denominado así por la prensa bilbaína (El Noticiero Bilbaíno) que ya en 1883 anunciaba la aparición de un cadáver en: “... jurisdicción de la anteiglesia de Guecho, en el intermedio del balneario de las Arenas y del punto denominado Ascampe, donde apareció el cadáver de un hombre sin identificar»...”

En abril de 1882 todos los acuerdos municipales eran publicitados en el pórtico de la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta. Mientras que el Ayuntamiento reclamaba que: “...«Al igual que no tenía parte de los beneficios de los objetos que el mar arrojaba a sus costas, tampoco le fueran grabados los repetidos gastos que provocaba la asunción de las costas de conducción y entierro de los cadáveres que el mar arrojaba a las mismas»...”

No habían pasado dos meses desde la iniciativa para establecer una escuela para niños y niñas en el barrio de Las Arenas, cuando la Junta de Enseñanza realizaba la recomendación de que la misma fuera un hecho por los mismos motivos que anteriormente se habían dicho: “…«La excesiva distancia desde el barrio hasta otras escuelas del municipio y la carencia de una escuela en el barrio»...” Pero al carecer el Ayuntamiento de recursos suficientes, acordaba solicitar ayudas gubernamentales a tal fin.


En ese mismo mes de abril se trataba sobre las condiciones de los arbitrios municipales: “...«para la administración de los vinos y demás bebidas, los derechos de abacería y degüello de cerdos, así como los asientos del mercado y puestos de poncheras»...” Los puestos de poncheras eran de venta de bebidas y dulces.

En la próxima entrada veremos cómo la preocupación por el aprendizaje de algunos idiomas llegaba a ciertos sectores de la población; y cómo ante la llegada del verano, los propietarios de las casetas de baño y el propio municipio, comenzaban a estudiar la colocación de esos pequeños cobertizos móviles para que los recatados bañistas pudieran cambiarse.