lunes, 1 de mayo de 2017

1º DE MAYO



Primero de mayo, conmemoración reivindicativa de los trabajadores de todo el mundo. Ya desde su establecimiento como fiesta en 1886 costó sangre de los trabajadores que luchaban por el establecimiento de la jornada de ocho horas. Entonces la prensa de derechas decía: “...Las huelgas para obligar al cumplimiento de las ocho horas pueden hacer mucho para paralizar nuestra industria, disminuir el comercio y frenar la renaciente prosperidad de nuestra nación, pero no lograrán su objetivo...”

Años más tarde, en 1911, la prensa de derechas bilbaína decía: ...La Fiesta del Trabajo al implantarse en Vizcaya tuvo aspectos verdaderamente tumultuosos, dando origen a colisiones y huelgas, que amedrentaban a los espíritus apocados y enardecían a los “elementos” obreros…” Con el pretexto de guardar el orden público, muchas veces los gobernantes limitaban el derecho de manifestación. Los intransigentes patronos, a medida que se iba convirtiendo en un día de “fiesta culta”, de mero recuento de masas obreras, fueron condescendientes en su celebración, entendiendo como tal, el de disponer de un día libre y remunerado. El 1º de Mayo se celebraba en Las Arenas, en torno a una romería en la campa de Santa Ana, a la que acompañaban la banda de música y los pianos de manubrio.

Diez años más tarde, mientras un famoso hombre de izquierdas, que entonces lo eran, decía: “...hay gentes que quieren renovar sus ídolos para sentir con más viveza en los nuevos la pasión de adorarles…” A las nueve de la mañana, grupos, de jóvenes entusiastas recorrían las calles de Las Arenas, alegrando con canciones e himnos el ambiente festivo. Entre ese gentío que llenaba la calle Mayor, un grupo de mozalbetes que iba haciendo mofa de un lisiado, a quien imitaban el andar, entonaban un viejo estribillo que parece pensado para hoy: “...A ese que roba un pan le llaman !el ladrón! y a ese que roba capitales le llaman “El gran señor de la sociedad!...” Por la tarde se celebró una romería en la campa de la Avanzada, acto seguido se procedió a sortear una cabrita y un cordero. A la noche se realizó una representación teatral poniéndose en escena el drama de Dicenta “El señor feudal” y el entremés “Solico en el mundo”. A pesar de las reivindicaciones, también tenían tiempo para las diversiones. Pero: ¡Cuántos panes nos han robado desde entonces!

!GORA MAIATZAREN LEHENA!


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