miércoles, 19 de octubre de 2016

UN AÑO EN LA VIDA DE UN PUEBLO -III-



Como decía en mi anterior entrada, en ésta iremos viendo las tradicionales formas de mitigar aquellos desasosiegos y algunos hechos históricos que acompañaron a nuestros vecinos.

Al igual que en la actualidad los deportes eran una de las válvulas que permitían de alguna manera quitar presión a la precaria situación de muchos cabezas de familia. El día primero de enero, la Junta directiva del Arenas Club abrió una suscripción a favor de la viuda e hijos del que en vida fue directivo de dicho Club, Mariano Inchaurtieta. En el partido que se iba a jugar en Ibaiondo al día siguiente, se pusieron mesas petitorias.

El día 2 de enero, el diario bilbaino “Excelsius” anunciaba, que el partido de fútbol que iba a enfrentar al Arenas-Real Madrid: “...Mañana se piensan batir dos records en Vizcaya. El primero, el de venta de billetes, que se van a despachar en el “eléctrico” de Las Arenas, y segundo la entrada de Ibaiondo...” El partido terminó con un empate a dos, y eso que contó el equipo madrileño con la colaboración del árbitro, que anuló un gol al equipo de casa. En el aspecto deportivo cabe destacar que nuestro “Arenas Club” empataba el día 3 de enero, en un encuentro que el tiempo respetó. Amaneció un día espléndido, el campo de Ibaiondo llenó todas las localidades menos las de tribuna, la tarde convidaba a tomar el sol. La prensa decía: “...el juego del Arenas fue de dominio e intensidad, pero con demasiada precipitación...” El Arenas salió con: Zarraonandía; Arrieta, Llantada; Gerardo, Urresti y Cilaurren; Emilín, Menchaca, Calero, García y Saro.


Las competiciones deportivas eran las que más publico arrastraban en Getxo, tanto es así, que los de Gobelaurre iniciaron en febrero un torneo para equipos sin federar. Las inscripciones se recibían en los locales del Club, en la Vega de Santa Eugenia, en el “Restaurante Gobelas”.

Otra de las vías para “minimizar” aquel estado de pobreza, era todo aquello que permitía distraer la atención de los agobios diarios a los vecinos. El día 1 de enero, en sesiones de tarde y noche, quedaba inaugurado un aparato de cine sonoro en la “Casa Social Católica” de Las Arenas. La película puesta en la pantalla se tituló “Esclavas de la Moda”. La instalación sonora fue puesta en marcha por la casa “Casa Radio-Electricidad A. Cabezón”. El Ayuntamiento firmaba un contrato con una Banda particular de música para que actuara todas las tardes de domingo y festivos en la Plaza de Sabino Arana (Zubiko Enparantza) del barrio de Las Arenas.

Otro de los divertimentos en Las Arenas, al igual que en el resto de Getxo, era el cine. La “Casa Social Católica” de dicho barrio era uno de los lugares de encuentro de muchos aficionados al cine y el teatro. El día 1 de febrero se proyectaban en dicha sala, en doble sesión, las películas “El rey vagabundo” y “La Paloma”.



Otra de las diversiones que gustaban a los baserritarras eran las peleas de gallos. En febrero de 1932, las dos galleras que competían con mayor rivalidad eran “Ollarzale” e “Iturregui”, este último de Getxo. Y a pesar de que los gallos de Galdames tenían una fama bien merecida, los de Getxo ganaron en cuatro de las cinco peleas. Iturregui compitió con cuatro gallos llamados “Colorado tuerto”, “Ganancioso”, “Cenizo derecho” y “Retinto”.

Sin embargo, algunos de los elementos más significativos de diversión en las fiestas veían peligrar su continuidad por aquella crisis. Era el caso de los puestos de “Corros de Acordeón”, que hasta el 10 de febrero venían regentando los Srs. Reguera, Marrodán y López, cuya actuación se producía en los días que intervenía la Banda Municipal. Aquellos arrendadores no podían pagar las rentas por el descenso de asistentes a las romerías. La renta por el alquiler de los puestos, en la Plaza de la Constitución (Algorta) y de Sabino Arana (Las Arenas) era de 5 pesetas al día.

Algunas edificaciones, calles y plazas iban a ver cambiar sus nombres. Durante el mes de febrero, algunos edificios históricos del barrio de Algorta, veían cambiar de moradores. Se hacía entrega a la “Comandancia de Carabineros de Vizcaya” los locales de la “Batería San Ignacio” (Algorta). También se adjudicaban las obras del grupo escolar Saratxaga y se aprobaba el proyecto de construcción de la Casa Venta de Getxo. El 17 de febrero se acordaba llamar calle “Zubiaur” a la hasta entonces denominada “Maria Cristina” de Las Arenas y a la Plazuela del Puente “Plaza de Sabino Arana”.


Esos días, la prensa, en un apartado dedicado a los hechos de antaño, recogía un suceso acaecido 45 años antes, en 1887: “...En Las Arenas, una embarcación inglesa llama “Almiare”, resultó embarrancada, con grandes peligros pudo ser evacuada la tripulación y el vecindario de Guecho cooperó en el salvamento...”

Y a pesar de no ser un tema exclusivo de Getxo, por su cierto interés histórico, no me resisto a traer a estas páginas un hecho que merece ser entendido en su época, y ver el tratamiento que cierta prensa, excesivamente confesional, daba a un hecho que debiera haber sido considerado normal. El día 14 de enero se discutía en las cortes españolas sobre la secularización de los cementerios. Se proponía: “...que los enterramientos en cementerios católicos o civiles fueran a voluntad de los fallecidos o de sus familiares...” Desde los sectores más conservadores, incluyendo en ellos al diario bilbaíno “La gaceta del Norte” se combatía el posible dictamen, titulaba la rotativa: “...El debate sobre secularización de cementerios da lugar a una nueva demostración de ignorancia...” El canónico Sr. Guallart decía: “...El proyecto es un atentado contra los derechos de la iglesia que han sido entregados por Dios, quien está por encima de todos, incluso del Poder civil...” Finalmente la ley, de 30 de enero de 1932, decía: “...Ios cementerios serán comunes a todos los ciudadanos, sin diferencias fundadas en motivos confesionales...” El diputado D. José Antonio Aguirre, el día 20 de enero planteaba: “...Que las disposiciones de esa Ley solo sean aplicadas a los restos inhumados, únicamente durante el plazo que establezcan las leyes sanitarias..., pudiendo después la familia o los herederos recoger los restos y depositarlos fuera de los cementerios municipales...” Y se preguntaba: “...¿Qué se va a hacer con los cementerios protestantes que hay en la zona de soberanía del Marruecos español?...” El ayuntamiento de Getxo acordaba cumplir la normativa el día 17 de febrero. En el cementerio municipal acababan los trabajos de construcción de un crematorio.

Pero no solamente era ese el frente que tenía la Iglesia con el poder civil, no parece que a algunos sectores les encantara la República, el día 14 de enero el diario conservador, decía: “...“La república de la broma”, esta obra será puesta en escena en la “Casa Social Católica” de Las Arenas, por el cuadro artístico de los Luises...”


La seguridad en los barrios era otro de los asuntos que el consistorio trataba el día 13 de enero, se nombraban guardias municipales nocturnos para el barrio de Neguri.

Y distendiendo un poco aquel estado de cosas, los pequeños pasaban a ser objeto de atención municipal, aunque seguro que ellos no les hicieron nada de gracia aquellos acuerdos municipales. Pocas cosas habrá, como las celebraciones de los bautizos, que hayan provocado tanta algarabía entre la chiquillería. El día 25 de febrero, el consistorio getxotarra publicaba un bando que iba a alterar las costumbres de esas celebraciones: “...se prohíbe terminantemente el que en los bautizos se arrojen a los niños, dulces, monedas y otros objetos...”

Algunos hechos no suscitados en Getxo venían a enredar un poco más aquel año convulso de 1932. El día 3 de febrero el Ayuntamiento de Getxo, con un solo voto en contra, el de los concejales Srs. Sánchez y Bringas, acordaba hacer constar la protesta del consistorio por el decreto del gobierno que ordenaba la disolución de la compañía de Jesús, y dirigía un telegrama a la presidencia del Consejo de Ministros.

A veces se veía un poco de luz al final del túnel, algunas empresas establecidas en nuestro término municipal, como el taller de herrería de D. Andrés Basagoiti, situado entre la calle Acacias y el rio Gobela, aumentaba sus instalaciones a mediados de febrero.


Con la siguiente entrada entramos en la temporada de primavera, e iremos viendo cuales eran las cosas que preocupaban y divertían a nuestros antepasados en esa época.

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