lunes, 11 de julio de 2016

LUGARES DE DIFUNTOS y -V-





Con esta entrada termino un repaso sobre los cementerios y enterramientos en Getxo.

Así, en tiempos pretéritos algunos getxotarras también debieron pasar por un trance poco edificante antes de ocupar su última morada. Al menos, esa era una de las preocupaciones de algorteños y getxotarras, que se desprendía de las cavilaciones que realizaban los curas beneficiarios de la Parroquia de San Nikolas de Bari en mayo de 1866. Y es que el entonces campo santo de Algorta, situado en el paraje denominado “La Campa del Muerto”, hoy Plaza del “Lehendakari Agirre”, en la calle Trinidad, al decir de aquellos prelados no reunía las garantías sanitarias ni de decoro para un pueblo como Algorta: “...creen necesario y conveniente para la salubridad pública que el Ayuntamiento tenga en el campo santo un local decoroso y seguro destinado a depósito de cadáveres...” .

Al parecer, el tiempo mínimo exigido para la permanencia de los mismos al fallecer en su casa era de veinticuatro horas. Pero en determinados casos, fallecimientos por enfermedades contagiosas, los cadáveres eran trasladados antes de ese plazo. Pero no solamente era el motivo de la petición el deseo de que los cadáveres dispusieran de un lugar decoroso y seguro para esperar su inhumación.

Con mejor intención, pero estableciendo el campo santo como lugar reservado para los católicos bautizados, planteaban que: “...debía haber en la parte exterior del cementerio un lugar, igualmente decente, reservado para enterrar a los niños fallecidos sin haber sido bautizados, y también para los protestantes, que no se pueda dar sepultura en lugar sagrado...”



El consistorio tomó en cuenta la petición, pero al no tener sus cuentas saneadas, dejó para mejor momento aquella solicitud. En 1883 La Junta de Fábrica de San Nikolás era la titular de la “Campa del Muerto” (Cementerio de San Nikolas). El 27 de noviembre de 1884 el Ayuntamiento de Getxo acordó remitir un expediente a la Diputación Provincial de Bizkaia para que lo aprobara. El arquitecto de la diputación D. Casto de Zabala fue quien finalizó el proyecto en junio de 1885. Con ese proyecto de ampliación, el cementerio de San Nikolas aumentaría su superficie en 6.170 cuadrados. Se decía: “...será capaz de llenar necesidades inesperadas...”. La situación se iba haciendo critica, lo que el 12 de junio provocó la intervención del primer edil de Getxo D. Eladio de Sustatxa quien hizo ver: “...la necesidad imprescindible de construir un cementerio como aumento o ampliación del de San Nicolás...” Recordaba a los munícipes que: “...según las leyes vigentes, se debía destinar también “un lugar independiente y digno para enterramiento de los no católicos...” Se designó una comisión encargada de estudiar el asunto, que estableció como zona idónea, por estar alejada del centro del barrio, la finca “Goikolanzarri”, entre “Elorri” y el alto de “San Martín”, propiedad de D. Tomás de Uria. Ante el informe favorable de la Junta Municipal de Sanidad, se nombra al arquitecto municipal D. Eladio Iturria para estudiar el proyecto. Pero la discusión sobre quien iba a ser el titular del cementerio, atascó el proyecto e impidió su marcha.

En 1895, se prohibió la entrada al cementerio de los acompañantes de los cadáveres ante el estado: “...repulsivo para cuantos poseen un soplo de humanidad...” Tal era el estado en el que se hallaba. En vista de su deterioro, en 1899, D. Santiago de Díliz, primer Teniente Alcalde, propuso: “...la clausura del cementerio y la construcción de uno nuevo, o la ampliación del existente...” El cementerio de Algorta fue clausurado en 1907, si bien no fue derribado hasta 1925.

Eran los días en que los apoderados en las Juntas Generales de Bizkaia solicitaban que: “...las dos feligresías de esta anteiglesia (Andra Mari y Algorta), contribuyan al sostenimiento de su respectivo culto y clero, con independencia la una de la otra...” Sin embrago, las Juntas no parecían conocer bien el territorio de Getxo ya que el 11 de julio de 1866 decían: “...se autoriza a la Excelentísima Diputación para llevarlo a cabo, siempre que aparezca o se pruebe que las citadas feligresías son de distintas parroquias...”

Los antiguos cementerios de Getxo fueron cerrando sus puertas siendo sustituidos por el de Bostgarrena (cementerio de El Carmen) El de San Nicolás, que se encontraba plenamente integrado en el casco urbano fue clausurado en 1907, si bien no fue derribado hasta 1925. La “Campa del Muerto” hoy es un parque lleno de arbolado con un pequeño monumento dedicado al primer Lehendakari del Gobierno Vasco José Antonio de Agirre y Lekube, y aquel “Cementerio de San Nicolas” ha quedado olvidado. Solo la historia mantendrá su recuerdo.



Respecto al de Santa María de Getxo permaneció abierto hasta 1952, tras un largo proceso que enfrentó al Ayuntamiento y al párroco y la población del barrio de Santa María. No fue, sin embargo, hasta 1965 cuando se procedió a su derribo, permaneciendo aún hoy en día su portada secundaria (construida en 1853) que lo comunicaba con la parroquia a través del pórtico. En uno y otro caso los propietarios de las sepulturas fueron compensados a la hora de adquirir propiedades en el nuevo camposanto.

En cuanto a los enterramientos en la zona de la calle Trinidad, aparecen a lo largo de los años dos personas que por diferentes motivos fueron populares en Algorta:

Una, la benefactora Dña. María Rosa Rogelia Cortina y Aldecoa, que falleció en Bilbao el 19 de septiembre de 1883. Personalidad de Algorta, que fue enterrada en el cementerio de la “Campa del Muerto”, que había sido costeado por la feligresía algorteña y bendecido el 21 de junio de 1863 por el párroco don Antonio Estanislao de Cortina. La familia Cortina-Aldecoa había construido en el nuevo cementerio su panteón familiar.

Otro de los enterrados en las proximidades, en la Iglesia de los Trinitarios, fue el trinitario Félix Monasterio y Ateca (el padre Félix de la Virgen), que falleció en Algorta el 17 de enero de 1951. Siendo trasladados sus restos al convento de la calle Trinidad, desde el Cementerio de Nuestra Señora del Carmen de Getxo, el 4 de agosto de 1965. Alojaron sus resto bajo la torre, en una pequeña capilla. En una estancia de la comunidad trinitaria, tienen una fotografía de todos los frailes que han sido inhumados en Getxo.


Algunos datos de la entrada relativa al cementerio de San Nikolás de Algorta (La Campa del Muerto) están sacadas de los libros decretos de 1866-1868 (Código: 1.1.1.5; Signatura: 4653-3), (Código: 1.1.1.5; Signatura: 4657-8), del Archivo Municipal de Getxo.

ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS Y CONVENTOS

Otro de los lugares que se puede considerar como cementerio de Getxo es la Iglesia de las Mercedes (Areeta-Las Arenas). Obra de los arquitectos Rafael de Garamendi y Manuel Galíndez. Esta iglesia cuya primera piedra fue colocada en 1886, fue inaugurada el 16 de julio de 1887. Tras su destrucción e incendio durante el golpe de estado de 1936, fue nuevamente reconstruida e inaugurada en 1944. Este lugar de enterramientos sólo fue destinado a las familias que financiaron la reconstrucción de la Iglesia.

La Cripta”, como se denomina a aquel lugar se halla bajo el suelo de dicha iglesia, y se accede desde la sacristía de la iglesia. Tiene como antesala una pequeña capilla, tras la que se entra en un amplio espacio. Ocupa gran parte de la superficie de la iglesia. Se halla presidida por la vidriera que recoge la fotografía inferior, que recrea una resurrección.


A lo largo de este “campo santo”, aparecen lateralmente unas capillas que disponen de pequeños altares, todas ellas separadas por una verja, precedidas por una zona destinada a nichos. Existen un total de doce capillas en las que se hallan enterradas familias de la élite económica de Neguri y Las Arenas, entre ellas los Zubiría, Aguirre, Lipperheide, Crooke, Tapia, Zubizarreta y otros. Y una serie de nichos, hasta un total de cincuenta y cinco, que pertenecen a las mismas familias, además de a los Ybarra, Eulate, Careaga y otros. Además de quince columbarios. Todos los finados se encuentran inscritos en un libro que recoge todos los difuntos inhumados en dicha cripta. En la cripta numero uno se halla inhumado D. Victor Tapia y Buesa, que falleció en 1949. Las últimas cenizas inhumadas son las de D. Francisco Crooke Arteche, que fueron depositadas el 21 de diciembre de 2015.

Otro de los enterramientos existentes es el del “Convento De Carmelitas Descalzas De San José” (Otizmendi), situado en Andra Mari, en las faldas del altozano de Muru. No es un lugar de gran antigüedad, tan solo llevan 50 años afincadas en Getxo. Los planos del convento fueron realizados por el arquitecto D. Ángel Gortázar. Se iba a edificar sobre una superficie de tres hectáreas propiedad de la familia Urrechua. La primera piedra se coloco un día de San Bartolomé, el 24 de agosto de 1964. A primeros de abril de 1965 dio comienzo la construcción del convento. Un 12 de agosto de 1966 las monjas dejaron el convento de Santutxu donde habían estado desde 1930, para dirigirse a bordo de un autobús hasta la colina de Muru (Zientoetxe), para llegar a su refugio de Otizmendi. El convento se inauguraba un 24 de agosto de 1966.



En este convento de Andra Mari (Getxo), serían enterrados los restos de las hermanas difuntas que habían sido trasladados a Getxo desde Santutxu, y se alojaron en una cripta situada bajo la iglesia. En esa cripta se encuentran enterradas en pequeños nichos, las monjas fallecidas a lo largo de la historia de las Carmelitas de Getxo. Por norma conventual nunca han estado más de 22 monjas a la vez en dicha comunidad. En la actualidad residen 15 hermanas. Entre las monjas que yacen en dichos nichos, la de más antigüedad es la hermana Teresa y la más recientemente enterrada es la hermana Gloria. En total se encuentran inhumadas 15 monjas carmelitas.

Para la elaboración de las historias relativas a los cementerios de Getxo he utilizado expedientes:

Del Archivo Municipal de Getxo: Código 1.1.1.5, Signatura 4653-4; Código 1.1.1.5, Signatura 4657-7; Código 1.1.1.5, Signatura 4653-3; Código 1.1.1.5, Signatura 4657-8; Código 2.5.2.1, Signatura 4603-5; Código 2.1.3.1, Signatura 2406-7; Código 1.2.0.9, Signatura 2303-1; Código 2.6.2.27, Signatura 3335-29; Código 2.4.6.5, Signatura 3766-14.

Así como algunos datos, que he podido comprobar en ellos, de los libros “Historia de Getxo” de Carlos Zabala y de “El arte funerario entre la tradición y la vanguardia: el cementerio de Nuestra Señora del Carmen de Getxo” de José Mª Gutiérrez Landaburu y Jesús Muñiz Petralanda; “Cien años entre nosotros” de las Carmelitas Descalzas de Getxo.



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