lunes, 29 de febrero de 2016

LAS PRIMERAS IKASTOLAS DE GETXO



La pervivencia del Euskera, su enseñanza y su represión han vivido varias épocas:

Desde el lejano 1561 en que el Tribunal del Santo Oficio obliga a que no se escriban los procesos en lenguas vernáculas. Y la orden de 1712 en la que se dictan instrucciones secretas a los corregidores del territorio para que “...Pongan el mayor cuidado en introducir la lengua castellana, a cuyo fin dará las providencias más templadas y disimuladas para que se consiga el efecto, sin que se note...”. Y las Reales Células del 23 de junio de 1768 y la de 10 de marzo de 1770 promulgadas por Carlos-III de España, que se llevan la palma: “...toda la enseñanza escolar se hará únicamente en lengua castellana, en todos los territorios del Imperio castellano de la península y Ultramar, y todos los idiomas que no fueran el castellano serán perseguidos en el Imperio...”.

Así llegamos a la época de la lucha de bandos, de los siglos XIV-XVI, en que los textos medievales, compuestos fundamentalmente por mujeres, no eran si no cantos elaborados por las pertenecientes a elevada posición. Pasando por las acusaciones de brujería del Siglo XVI, en el que las niñas acusadas no entendían al juez.

Y sus comienzos como lengua prestigiada, en el siglo XVIII, gracias a trabajos como el diccionario trilingüe de Larramendi y la primera gramática vasca, “El imposible vencido”, sobre los prejuicios que acompañaban a esta lengua. El euskara fue perdiendo presencia entre las clases altas, y hasta finales del XIX, no hubo intentos serios de concebir un modelo culto y urbano. Con varios intentos de erdaldunización mediante diversas leyes entre 1833 y la 1857 en Francia y España, periodo en el que solamente la iglesia rompía la dinámica en las localidades euskaldunes, utilizando la enseñanza en euskera para impartir su doctrina. Tras las llamadas guerras carlistas de 1872-1876, la política de erdaldunización fue más agresiva, y la actuación de los centros educativos religiosos en manos de la Iglesia fue en relación con la lengua, idéntica a la del Estado. Tiempo en el que tomará un nuevo impulso el euskera a ambos lados del Pirineo, en Iparralde con Agustin Xaho y en Hegoalde con Azkue, Campion y Sabino Arana. Hasta la llegada de “Eusko Ikaskuntza” y “Euskaltzaindia” que nacerán en 1919.

El año 1932 verá llegar la “Federación de Escuelas Vascas de Vizcaya”, para poner en marcha este movimiento de marcado acento nacionalista, se habilitarán pisos y escuelas con donativos particulares y cuotas. Al comienzo estas escuelas, ante la negación de subvenciones por parte de la administración, se convierten en escuelas de pago. El día 1 de septiembre de 1932 la Federación de Escuelas Vascas “Euzko Ikastola Batza” publicaba el anuncio que incluyo debajo de estas lineas, el cual aparecía en el diario “Euzkadi”. En el anuncio se incluían varias ikastolas de Bizkaia, y entre ellas aparecía la de Algorta. El 3 de septiembre de 1935 aparecía en el mismo diario la de “Ondarreta” Las Arenas.


En Getxo, ese impulso vendrá de la mano de “Eusko Ikastola Batza”, que creará los primeros centros de enseñanza en Euskera en Algorta y Las Arenas. Ya en el pleno del Ayuntamiento de Getxo del 11 de octubre de 1933, bajo la presidencia de José Antonio de Aguirre, quien comenzó su enseñanza primaria en una ikastola situada junto a su casa, en la Plaza Nueva (Bilbao), establecerá las condiciones que debían cumplir las escuelas para recibir subvenciones, precisamente en el segundo punto decía: “...Que en los programas escolares figuren la enseñanza del Euskera, Geografía e Historia del País Vasco...”. En el pleno del 13 de junio de 1934, a petición del Presidente de la “Federación de Escuelas Vascas”, quien indicaba que el número de asistentes a las mismas, y que en el municipio ascendía a doscientos, y solicitaba que: “...se le conceda una subvención..., toda vez que las escuelas de este municipio..., cumplen con las normas y condiciones fijadas...”, el consistorio acordó por unanimidad concederles una subvención de 8.040 pesetas. Ayuda que se volvería repetir en el acuerdo plenario del 22 de julio de 1936.

He decidido traer a esta paginas esta reseña histórica, referida a este movimiento por el Euskera en nuestro municipio, que tuvo sus enclaves en dos barrios de Getxo: En el barrio de Algorta, tuvo dos sedes, en Alango y la en la Avenida Basagoiti, de esta última hablaremos a continuación. Estaba situada al final de la Avenida Basagoiti, en un primer piso, sobre el bar “Mamarro”. El precio de las clases oscilaba entre las 5 y 10 pesetas. Entre aquel grupo de pequeños se encontraban los que aparecen en las fotografías inferiores.


EN LA PRIMERA FOTOGRAFÍA, la clase de chicos:

En la fila de arriba y de izquierda a derecha aparecen: Angel Ribera, Javier Zulueta, Iñaki Aretxabala, Gotzon Lauzirika, Juan Matia Hernani, la andereño Luke, Angel Velez, Karmelo Zabala, Jose Ignacio Salaberri y Teodoro Zabala.

En la fila del medio y de izquierda a derecha aparecen: Vidal Isasi, Javier Acillona, Raul Gorroño, (?), Juan Elorriaga, Jose Maria Emaldi, Serafín Lauzirika, Juan Angel Uriarte y Carlos Gorostizabal.

En la fila de abajo sentados, y de izquierda a derecha aparecen: Jose Luis Mintegui, Katxi Mintegui, Mikel Acillona, Joseba Elorriaga, Munitis, Imanol Garate, Joakin Garate, Sabino Olabarria, Roman Intxaurtieta, Jon Uriarte y Felix Estancona.


EN LA SEGUNDA FOTOGRAFÍA, la clase de chicas:

En la fila de arriba y de izquierda a derecha aparecen: Mertxe Mintegi, Ana Maria Castaños, Maria Delia Tejada, Begoña Aretxabala, Luke Sagastasoloa (Andereño), Edurne Basabe, Ermiñe Zarragoitia y Teresa Mintegi.

En la fila del medio y de izquierda a derecha aparecen: Rita Maria Gonzalez, Begoña Munitis, Arantza Salaberri, Maria Angeles Garate, Lopez Heredia, Pilar Estancona, Miren Terese Zabala, Agurtzane Ibarzabal e Ikerne Elorriaga.

En la fila de abajo sentadas, y de izquierda a derecha aparecen: Lupe Velez, Karmele Elorriaga, (?), Irene (?) Zulueta, Josune Albizu, Josune Etxebarrieta, Irune Olabarria, Bengoetxea, Ignacia Bengoetxea, Agurtzane Lauzirika, Ana Maria Uriarte.

Uno de los antiguos alumnos de esa Ikastola, Josu Atxurra, que era de un curso inferior, recuerda de aquellos días: “...teníamos como andereño a Blanca Irusta; entre otros alumnos estaba Pedro Mari Orbe, yo era muy jovencito, tenía solo 5 años...”.

La otra Ikastola estaba en Areeta-Las Arenas, aparece en la memoria de Getxo, a partir de un escrito, que me remitió uno de sus antiguos alumnos desde Bélgica. Se trata de Martin Aguirre Otegui, quien vivió en la calle Maria Cristina de Las Arenas. El cual ante la llegada de las tropas franquistas, en la noche del 31 de mayo al 1 de junio de 1937, salió con sus dos hermanos para llegar, después de una estancia en Capbretón a Malinas (Bélgica) el 29 de junio de 1937, donde según su escrito fuimos: “...separados y distribuidos en familias o instituciones. A mis hermanos y a mí nos llevaron a un Pensionado para hijos de "gabarreros" en el pueblo industrial de Klein Willebroek...”.

Decía mi nonagenario amigo, en un escrito que me remitió hace unas fechas que: “...Personalmente, a mis noventa años, sigo guardando un recuerdo muy grato de haber sido en los años treinta alumno de la Ikastola de Las Arenas...”.

Todas las ikastolas no tenían las mismas características, muchas de ellas estaban situadas en locales provisionales o Batzokis, debido a su situación económica. La de Areeta-Las Arenas, estuvo situada primero en el barrio de Santa Ana y posteriormente en la calle Mayor. Una de las andereños fue Miren de Muniategui, de quien decía: “...creo, era una vasco-argentina....”. Es posible que el paso del tiempo, en su borroso recuerdo, se refiriera a Pilar Muniategui, quien después de enseñar en las escuelas vascas durante de la ll República, se trasladó en 1937 a la colonia infantil de la Citadelle (Francia), al frente de los niños vascos allí exiliados; permaneciendo en ese lugar unos cinco meses, al cabo de los cuales pasó a vivir a Argentina, pues tenía pasaporte de esa nacionalidad.

En cuanto a la ubicación de la ikastola en Santa Ana, me escribía: “...estaba situada en lo que creo recordar, en un chalet en la esquina de la calle de la plazuela de Santa Ana, la calle que va en dirección del rio Gobelas...”, se refería a la calle Máximo Aguirre. Habla de sus recuerdos respecto de esa época: “...una de las cosas más traumatizantes que recuerdo es que en un momento de tensión política antes de la guerra, la Guardia Civil o los Guardias de Asalto vinieron a inspeccionar y revisar los locales escolares durante las horas de curso...”. Seguía contándome: “...Luego, la ikastola se instaló en un piso de la calle Mayor, enfrente u oblicuo en la acera al batzoki...”. Seguía diciendo: “...Recuerdo que durante la guerra, cuando no había alerta, escuchábamos ocasionalmente alguna vez durante la clase el ruido de los “chatos” o del “abuelo” cuando aterrizaban o despegaban en la base de Lamiaco...”. Las Ikastolas de Getxo durante el curso 1933-34 contaban con 50 alumnos Algorta y 80 Las Arenas, y en el de 1934-35 el numero de alumnos era de 100 Algorta y 100 Las Arenas.

Hasta aquí un pequeño recuerdo a esas ikastolas que iniciaron sus pasos en nuestro municipio a principios del siglo XX. Que en Donosti y Bilbao entre 1943-60 que recibirán el nombre de “Escuelas de Casa”. Y que más tarde, en los años 60-70 verán el resurgir de los centros de enseñanza en Euskera “Ikastolas” hasta su normalización jurídica y equiparación pública en (1978-88). Deseo expresarle mi agradecimiento a nuestro antiguo vecino Martin Aguirre por su inestimable relato.



2 comentarios:

  1. Me ha llenado de emoción ver a mi aita, Vidal Isasi, en la primera foto... Muchas gracias...
    Nerea Isasi

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  2. Me ha llenado de emoción ver a mi aita, Vidal Isasi, en la primera foto... Muchas gracias...
    Nerea Isasi

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