jueves, 15 de octubre de 2015

LOS TOROS Y GETXO -II-



En la anterior entrada veíamos como surgieron los espectáculos taurinos en nuestro municipio, y los barrios en los que se montaron plazas de toros. En esta iremos viendo su evolución a lo largo de la primera mitad del siglo XX, y cómo se relanzó la actividad durante los primeros años de la Dictadura de Franco.

La Fiesta no era apreciada por todos los sectores sociales, basta ver cómo trataban algunos diarios bilbaínos a esa sangrienta costumbre en 1913: “...Los toros, diversión en que lo menos feroz es lo que se llama la “fiera”; lo menos absurdo exponer la vida por dinero y para diversión; lo menos triste la muerte de nobles, indefensos animales, no siendo sus intestinos, que cuelgan, lo más repugnante...”.


Pero ese espectáculo siguió llenando con sus veladas algunos de nuestros rincones. El día 13 de agosto de 1916 se celebro una corrida de toros en el Puerto Viejo de Algorta, el diario “El Noticiero Bilbaino” recogía la noticia “...se corrieron tres toros para el diestro Posadas-II...”.


Hasta 1935 un largo muro de silencio cae sobre las noticias relacionadas con los toros en Getxo. El martes día 13 de agosto de 1935, se volvían a lidiar en una plaza improvisada en el Puerto Viejo, a pesar del mal tiempo reinante. Fue una becerrada organizada por el ayuntamiento, durante las fiestas de San Nikolás. Al parecer y según relataba la prensa, no parece que existiera gran afición en aquel momento, ya que para conseguir llenar la plaza tuvieron que: “...anunciar que la entrada sería completamente gratuita...”. Actuaron como matadores José Bilbao “Chico del Matadero” y Pedro Navarrete “Lucerito” de Las Arenas, y en la brega se distinguió notablemente “Manolo el Bilbainito” que era el lavacoches del Garage Prudencio. Dirigió la lidia el novillero deustoarra Félix Arri. Los becerros lidiados fueron de Enciso. Los concurrentes, que llenaron la improvisada plaza, tuvieron la suerte de que no les lloviera durante la celebración del festejo.

SAMUEL UGALDE

Será entre los años 40-60 del silgo XX cuando esa “fiesta” adquiera más resonancia, y lo hace en las fiestas locales. Los nuevos capataces del régimen, por motivos que cada uno sabrá valorar, fueron los que implantaron esas celebraciones, mostrando su poder engalanando las plazas con sus colgaduras, uniformes y correajes, sobre todo en los primeros tiempos llenos de “vivas y arribas”, en los barrios de Algorta y Areeta-Las Arenas. También los aristócratas intervendrán en cuestiones relacionadas con los toros y toreros. Así lo demuestra la tarjeta de presentación, que en junio de 1945 avaló el Conde de Superunda para que Antonio Ugalde pudiera hablar con el Alcalde de Getxo, sobre uno de esos toreros: Samuel Ugalde.



Y quizá como “pistoletazo” de salida, aparece en el libro de actas municipal del 26 de junio de 1940 un escrito de D. Jesús Lazcano solicitando: “...autorización para construir un pabellón de madera destinada a la celebración de corridas de toros, funciones de circo, conciertos, etc, en el relleno de la playa de Ereaga...”.

El 5 de mayo de 1943, la depositaría del ayuntamiento de Getxo se dirigió al de Villareal de Urretxu (Gipuzkoa), interesándose y recordando que: “...hace varios años que fue alquilada por unos aficionados de esta Anteiglesia una plaza de toros desmontable de ese municipio..., Teniendo en proyecto celebrar una becerrada benéfica durante las fiestas de agosto, le agradecería me informara si existe la mencionada plaza...”. Solicitaban les fueran notificadas las condiciones de alquiler de dicha plaza. El 7 de mayo el consistorio de Villareal de Urretxu respondía diciendo que la plaza no se encontraba en condiciones de uso y que la reparación tendría un coste muy elevado. El 10 de agosto era comunicado a la Jefatura Superior de Policía de Bilbao el cartel de la becerrada, indicando que iban a participar los siguientes matadores, el bilbaino D. Ignacio Barona Aldama “Faenas” y el barakaldotarra Jose Luis Duarte Álvarez, ambos profesionales del toreo. El 12 de agosto de 1943, tras recibir la preceptiva autorización, se celebró la becerrada en el Puerto Viejo. Habían previsto celebrar también un encierro con una vaca embolada, pero no les fue autorizado su uso. La ganadería fue de Nicasio Casas de Alfaro (Logroño). El acto se celebró a las siete de la tarde aprovechando la bajamar.



En 1945 Antonio Menchaca compró la plaza que estaba instalada en el municipio burgarlés de Villasana de Mena, que había sido construida por el valmasedano Silverio Fernández Novales. El 15 de junio 1945, nuevamente aparece en un acta municipal, la aprobación de una moción de la Alcaldía Presidencia, por la que:“...Antonio Menchaca, desinteresadamente otorga a nuestro Santo Hospital Asilo el derecho a los beneficios de explotación de una plaza de toros desmontable de su propiedad...”. Se proponía colocar la plaza en un lugar próximo al Puente Bizkaia (Las Arenas), en un terreno sin utilizar, propiedad de la viuda de Martinez Rivas. Se instaba a la alcaldía a realizar la mediación con dicha señora, “...haciéndola ver el propósito benéfico del Sr. Menchaca...”, y que la cesión del terreno iba a ser temporal, hasta la finalización de esa temporada estival, desmontándola si así lo deseaba la señora propietaria. Encargaron la gerencia a una comisión de aficionados. Quedó instalada en el lugar indicado. Las taquillas para la compra de entradas se abrían en el número 11 de la calle Mayor de Las Arenas.

En ella, además de festejos taurinos, se celebraron verbenas, veladas de boxeo y otros espectáculos de carácter benéfico. La plaza fue inaugurada el 22 de julio de 1945 con un festival a beneficio del Santo Hospital. Se lidiaron cuatro novillos de la ganadería de Nicasio Casas, de Alfaro. Torearon los bilbaínos Pedrito Robredo y Luis Diez. La banda municipal amenizó el espectáculo. El 5 de agosto hubo un nuevo espectáculo en beneficio del Asilo: 3 novillos de la ganadería de Germán Gamazo, de Valladolid. Torearon Gregorio Zárraga "Zarraguita" (de Algorta), Manuel García "Manolete" de Sestao y Benito Navarrete "El clásico" (de Las Arenas). Decían de Navarrete que: “...en alguna ocasión la vaquilla se puso brava y no quiso salir a la plaza...”. Años más tarde se seguía recordando la faena y se popularizó un estribillo, con música de pasodoble, que las cuadrillas solían cantarle: “...Navarrete, Navarrete, si no quieres torear, pa que te metes...”. El hombre mantuvo su afición y: “...por los bares de Romo, sobre todo en los de “Kolas” y el “Amaya” daba pases de pecho, recordando sus tiempos de novillero...”.


El 18 de agosto de 1945 a las siete de la tarde, se celebró un festival, a beneficio del Santo Hospital, en el que rejoneó un novillo el duque de Pinohermoso. Lidiaron a pie como matadores el getxotarra marqués de Villagodio, y los salmantinos Vicente Charro y Alfonso Sánchez Fabrés (los tres ganaderos). Siete días más tarde, se celebró otro festejo, en el que actuaron los matadores Rafael Ponce "Rafaelillo" y Juan Belmonte (hijo). Durante los dos años en que permaneció instalada la plaza actuaron de forma gratuita los mejores novilleros del momento.

Al finalizar la temporada de 1946, debido a la carestía de los espectáculos y a los elevados impuestos, se vio que la plaza no producía beneficios al Asilo, por lo que se decidió su venta al ayuntamiento de El Escorial en 280.000 pesetas, el doble de lo que les había costado.


A finales del año 40, la plaza del Antonio Menchaca ya había desaparecido de su ubicación de Las Arenas. Precisamente el 4 de noviembre de 1948 una moción municipal daba cuenta de la propuesta de dicho señor, tendente a retirar los urinarios que se instalaron para el servicio de la plaza de toros en un terreno frente al puente. Así mismo el consistorio decidía crear en ese solar: “...el proyecto de una nueva, denominada “Plaza del Generalísimo”, y estudiar la posibilidad de crear unos servicios sanitarios definitivos...”.

El espacio que acogía ahora la nuevas novilladas en el Puerto Viejo. El día 1 de agosto de 1948 se celebró una novillada en la que participaron los siguientes toreros Manuel Gil “Chatillo Manzanilla hijo” y Eduardo Perez “Niño de la Venta”, les acompañaron los banderilleros Jesús Esteban “El Sordo”, Josechu Echevarria, Seberiano Ramos “Ramitos” y Juan Milla “Carita”. La autoridad “competente” exigía le fuera remitido el certificado de reconocimiento de las reses. Uno se pregunta, quizá por ignorancia taurina ¿Y para qué lo querían si iban a matarlas?.



Finalizaba el año 40, y la plaza del Antonio Menchaca ya había desaparecido de su ubicación de Las Arenas. Precisamente el 4 de noviembre de 1948 una moción municipal daba cuenta de la propuesta de dicho señor, tendente a retirar los urinarios que se instalaron para el servicio de la plaza de toros en un terreno frente al puente. Así mismo el consistorio decidía crear en ese solar: “...el proyecto de una nueva, denominada “Plaza del Generalisimo”, y estudiar la posibilidad de crear unos servicios samitarios definitivos...”.

Y así, el primer cartel taurino existente aparece en el Archivo Municipal de Getxo en 1950. El domingo 6 de agosto se celebró, con motivo de la repetición de San Ignacio, una novillada en el Puerto Viejo de Algorta. En los años siguientes de esa década se seguirán festejando novilladas en dicho rincón marinero.

Entre ellas la celebrada el 10 de agosto de 1952 en el Puerto Viejo, una novillada con dos preciosos ejemplares, en la que intervinieron Jose Maria Ahedo y Antonio Luna, corriéndose a continuación una vaquilla embolada. La banda municipal fue la encargada de la música en aquel encierro. Al año siguiente, 1953, tres serían los novillos sacrificados en la lidia; en la misma intervinieron los matarifes del año anterior, dándole en la misma la alternativa a Ahedo un viejo conocido del público Benito Navarrete “El clásico” (de Las Arenas); actuaron como subalternos los vecinos de Getxo Juan Saez, Enrique Mardaras, Luis Uriarte, Emilio Junguitu y Pedro Navarro; La ganadería fue de D. Marcelino Vizcaya de Arcentales. El presupuesto de la misma ascendió a 14.679,65 pesetas, siendo las partidas más destacadas el importe de los toros 8.000 pesetas y la posterior cena 1.113 pesetas.



El domingo 18 de julio 1954, repetirían terna los mismos novilleros que el año anterior en el Puerto Viejo. Cambiando de toreros el domingo 12 de agosto, en el mismo escenario. Eran fiestas de San Nikolas en Algorta, en la que actuarían, con tres reses bravas, Juan Astorqui “Cocherito de Bilbao II”, Manuel Val “El Galleguito” y Ricardo Zubiría “Caito”. Le siguió una cucaña vertical, con búsqueda de tesoro escondido en la arena de la playa del Puerto. La ganadería, en este caso, fue de los Srs. Diaz de Calahorra. Finalizando la década con la becerrada que se celebró el 31 de julio, festividad de San Ignazio, en la que sacrificaron tres reses los matadores Santiago Castañeda “Montera”, Curro Martín “Currito de Málaga” y el llamado “Indio Apache torero” Ray Pololo. En los siguientes años, hasta 1959 se seguirían celebrando fielmente las becerradas en el Puerto Viejo de Algorta.

En la siguiente entrada y última de esta serie veremos su evolución desde los años 60 hasta el final de la actividad taurina, referida a las corridas de toros.



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