lunes, 28 de septiembre de 2015

LA ACTIVIDAD CULTURAL EN EL GETXO DE 1929 -I-



El Getxo de 1929 hervía en actividad cultural. Dos eran los polos fundamentales de esa actividad: la “Agrupación de Obreros Vascos” de Algorta y la “Casa Social de Areeta-Las Arenas”, la primera ligada al nacionalismo vasco, la segunda corría de la mano del párroco de Las Mercedes D. Manuel Escauriaza.

Otros grupos deportivos y asociativos también formaban parte de esa dinámica (Casinos de Areeta-Las Arenas y Algorta, etc.), pero solo tocaremos en este momento las dos primeras. En esta primera entrada referida a la “Agrupación de Obreros Vascos” veremos algunas de sus actividades, centradas en representaciones teatrales para pasar en una posterior a la desarrollada por la “Casa Social de Areeta-Las Arenas”.

La “Agrupación de Obreros Vascos” de Algorta tenía su sede en la Avenida Basagoiti. El 25 de febrero de 1929 celebraron en dichos locales su junta general, en ella. tras elegir a los nuevos miembros, procedieron a la aprobación de cuentas y memoria del ejercicio. Así mismo perfilaron el programa de la obra teatral “Peru Gizon” que tenían previsto representar en el Gran Cinema de Algorta el día 2 de marzo.


Esa comedía fue obra del periodista y dramaturgo bilbaino Alfredo de Echave, nacido en la calle de la Estufa el 8 de febrero de 1872. Echave volcó en el periódico Euzkadi múltiples relatos e historias costumbristas, firmados por un personaje de su creación, por el que fue más tarde conocido “Josetxu, el de Iturribide”. Es considerado como el impulsor del teatro lírico vasco, y “Peru Gixon” como su mejor creación.

Esa representación contaba con un cuadro escénico compuesto por los siguientes actores algorteños:

Peru Gixon: Roberto Llantada.
Andrés: Juan Otaola.
Enrique: M. Larrinaga.
Gorritxu: Juan Cruz Urgoitia.
Venansio: Juan Cruz Basañez.
Rufino: Pedro María Lezama.
Basili: Eugenia Sarria.
Pantsike: Josefina Zubiaga.
Alguacil: Luis Ugarte.
Pinche primero: Juan Tellitu.
Pinche segundo: Antonio Zalvidea.

A continuación fue representada la comedia de un acto titulada “El cuestión del Calabasa”, atribuida a Miguel de Unamuno, que contaba con el siguiente cuadro escénico: Juan Otaola, Juan Cruz Urgoiti y Ramón Guerediaga. Los beneficios que se obtuvieron en aquella función se destinaron a la “Caja de Socorros por Enfermedad”.

La prensa bilbaína, al referirse a aquella actuación, decía: “...Todos los intérpretes se revelaron como consumados artistas, sobresaliendo tas señoritas Eugenia Sarria y Josefina Zubíaga, que hicieron con gran justeza y enorme soltura sus respectivos papeles de “ Basili" y “ Pantxike”..., los actores fueron constantemente interrumpidos por su acabadísima labor, tributándoseles como premio, al final, una cerrada ovación...”.

A aquella inquietud cultural se sumó también el club de foot-ball “Club Deportivo Getxo”, que el sábado 9 de marzo organizaba otra velada teatral, en la que se pusieron en escena las mismas obras arriba mencionadas. Los entreactos fueron amenizados por el entonces actor cómico, creador e interprete del celebre personaje de “Arlote” Alberto San Cristóbal, que deleitó al público con uno de sus divertidos monólogos titulado “Patxico tras el gordo”. Las localidades para esa función se despachaban en el domicilio social del club y en el de “Bar de Seco” en la Avenida Basagoiti, todas las noches de siete a nueve. Las localidades parece ser que tuvieron gran demanda por parte del publico, pues ya en los primeros días estuvieron a punto de agotarse.

Esa actividad volvía a los escenarios en sábado 13 de abril de 1929. Se celebraba nuevamente en el aforo del “Gran Cinema” de Algorta. La función era nocturna, comenzó a las nueve de la noche. Esa velada teatral fue a beneficio de la “Caja de Socorro por Enfermedad y Escuela Industrial”. Se celebró de acuerdo con el siguiente programa:


Primer acto: Representación de la divertida comedia, en un acto, titulada “Los calmosos” de D. Isidoro Prada, autor de varias piezas teatrales cortas. Que desarrolló su faceta de escritor y autor teatral desde finales del siglo XIX hasta su fallecimiento en 1932. La obra que ya había sido representada en 1911 en el teatro Arriaga de Bilbao, contaba con un escenario que recreaba dentro de una humilde habitación, una cocina provista a su derecha un fogón con hornillo y sobre él un puchero, en el centro del escenario una mesa con sus sillas, a la izquierda contra la decoración del fondo un armario y la puerta, al fondo. Finalizaba la obra y caía el telón con la siguiente frase: “...Si te hemos hecho reír público distinguido, eso quería el autor...”, y se interrogaba con la frase: “...¿Lo habremos conseguido?...”, al parecer, por los aplausos cosechados, sí lo lograron.

Segundo acto: Representación, a petición del público que no pudo acudir a las actuaciones anteriores, de la comedia “Peru Gixon”.

Tercero acto: Cuentos vascos interpretados por Varela.

Los entreactos de aquella actuación fueron amenizados por la Banda de Música Municipal de Getxo a las ordenes del maestro D. Manuel Gainza.

Mientras, en la Iglesia de San Ignacio, la Cruzada Eucarística y la catequesis preparaban otras actuaciones teatrales a cargo de los niños y niñas de la catequesis. Las actuaciones estaban separadas por sexos: los niños trabajaban en el divertido sainete de José Cantagalls “Los apuros de un fotógrafo”; mientras las niñas lo hacían con un drama en tres actos y en verso inspirado en un boceto dramático francés y en la primitiva novela de este nombre del Cardenal Nicholas Patrick Stephen Wiseman, editado en libro por “Fabio” seudónimo de Emilio Ruiz Muñoz.


Felisa de Llantada

Las representaciones de la Agrupación de Obreros Vascos continuaron en la primavera-verano de 1929. El sábado 15 de junio volvían al escenario del Gran Cinema de Algorta, esta vez con la obra “Eskuz-Esku” comedia costumbrista, fue una obra muy popular entre la “Juventudes Vascas” de la época. En esa ocasión las alabanzas de la prensa bilbaina recayeron en el cuadro escénico: “...fue admirable, mereciendo especial mención las señoritas Nieves de Bilbao, Eugenia de Sarria, Josefina de Zubiaga y Felisa de Llantada, que se mostraron unas actrices consumadas...”. A lo largo del reportaje podemos ver fotografías de alguna de las interpretes de aquella obra.

Hasta aquí un pequeño repaso de los movimientos culturales que se celebraban en el barrio de Algorta en el año de 1929, que tendrían una interrupción dramática, pocos años más tarde, con el Golpe de Estado franquista.



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