lunes, 17 de noviembre de 2014

EL CHILIBRÁN, LICORES Y AGUARDIENTES EN GETXO -I-


El “Chilibrán”, licor exquisito o bebida espirituosa, elaborado con Brandy, café, nueces, canela y azúcar, y con unos 20 grados de alcohol. La procedencia de este licor hay que buscarla en Cuba, importada por algunos Indianos de nuestra tierra. Este tema, sobre el que ya hace tiempo me pasó datos Juan Libano, es muy escurridizo, no aparecen apenas referencias. Sin embargo, algunas de ellas están relacionadas con decomisos y juicios en municipios limítrofes o cercanos (Portugalete, San Salvador del Valle, Bilbao...).
 
Ya en la Real Orden del 9 de Enero de 1826 aparecía recogida la siguiente referencia a dicha bebida: “...se le permita imponer y exigir por espacio de 20 años cuatro maravedis en cantara de...,...aguardiente y chilibran...”. Una bebida que solía prepararse a domicilio, aunque algunos afirmaban que se realizaba con aguardiente y frutas. Bebida de la que aquel escritor bilbaino, que sobre el euskera llegó a decir: “...se trataba de una lengua que había que dejar morir dedicándole un merecido funeral, porque no es compatible con la modernidad...”, extremo este que se demostraría erróneo en los años venideros. Se trataba de Miguel de Unamuno, que en su obra “Cuentos de mi mismo” decía: “...Estos chimberos dormilones son la decadencia. En la edad de oro, el hoy rústico chimbero se componía de un perrillo como el de Michel, una escopeta de pistón y un chimbo, debajo de un alto sombrero de paja ahumado, forrado con una levita de pana, con polainas de paño y cargado de burjaca, cartuchero, capuzonero, polvorinero colgante de un cordón verde, mil cachivaches más y su zurroncillo con la gallofa de pan y merluza frita u otra golosina así. De misa de cuatro y media, ande Rosendo, a embaularse café con su copita de chilibrán...”. 
 
Entre los años 1823 y 1883 fueron frecuentes los expedientes por la venta del “Chilbrán”, incluida su prohibición por su contenido de aguardiente, el cual no reunía condiciones para el consumo. Este aguardiente de café era decomisado y sus distribuidores multados. Decomisos que sobre todo se producían en el barrio de Las Arenas. Los aguardientes eran impuros, pero no eran los únicos productos adulterados. Algunos alimentos expendidos en las tiendas de comestibles de la provincia, presentaban adulteraciones importantes: los vinagres se obtenían de la madera, el azafrán según el Laboratorio Municipal tenía sulfato bórico, el té parecía remolacha, en los cafés y achicoria se usaban bellotas o trigo centeno, el chocolate no tenía cacao y el vino tenía un 5% de yeso. El problema de la adulteración de los alimentos era un asunto de máxima alerta por las autoridades sanitarias. 

 
Era esta una bebida muy apreciada, en algunas localidades como Bedia, en la que se servía en la cena de noche buena, de aquella cena se decía: “...La cena típica de este día la constituyen: El origo-asea (berza en ensalada); La intxaur saltza (salsa de nuez); La makalosaltza (bacalao en salsa); El besugo asado y las manzanas asadas, con las que se hacia un postre muy estimado al que se daba el nombre de “Almimera”; le seguían Café y licores. Entre éstos el “Chilibrán de café, de melocotón y mistela...”. 
 
Pero volviendo al “Chilibrán”, y a sus posibles introductores en Getxo, fueron los Indianos (denominación coloquial del emigrante en América que retornaba rico). Los indianos se convirtieron en líderes locales en la época del caciquismo (finales del XIX y comienzos del siglo XX), periodo en el que grandes contingentes de jóvenes, especialmente de regiones con fácil salida al mar (Pais Vasco, Galicia, Asturias, Cantabria, etc., se vieron obligados en esa época a lo que se denominaba “hacer las Américas”, emigrando en busca de una mejor fortuna a países iberoamericanos como Brasil, Cuba, Argentina, Uruguay, Venezuela o México. 
 
La Junta de Cultura de Vizcaya publicó en Diciembre de 1958 la obra “Apuntes para la historia de Guecho” escrita por José Juan Bautista Merino Urrutia (1886-1982), que fue alcalde de Getxo (1946-1960) y miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca en 1964. En la página 107 se dice: “...En la planta baja de este Casino (Algorteño) ampliada y reformada, que ocupa ahora una sucursal del Banco de Bilbao, existió algún tiempo (1887) una Sociedad denominada “Económico-Recreativa”, de la que eran socios todos los artesanos del pueblo y a la que concurría también mucha gente ajena a la Sociedad. Los domingos solía llenarse el local de bote en bote y la consumición más generalizada era el café con “Chilibrán” (corrupción del “Cherry brandy” inglés), todo por un real, esto es, 15 céntimos del café y 10 céntimos de la copa de”chilibrán...”. 
 
En el Pregón de Fiestas de Getxo del verano de 1974, el autor de esta reseña, a propósito de esta obra de Merino Urrutia, aclaraba que la denominación Chilibrán y su contenido, nada tiene que ver con las cerezas, que son la base de la elaboración del “Cherry Brandy” inglés

 
Posteriormente, en 1989, el Trinitario Carlos María Zabala, en su obra “Historia de Getxo”, decía en la página 254: “...Uno de los licores típicos de la época fue el “chilibrán...”. Estaba elaborado con aguardiente, café, nueces, canela y azúcar. De procedencia cubana, generalizado en Portugalete y Algorta, se diferenciaba del “Cherry Brandy” inglés, elaborado a base de cerezas. De la corrupción del “Cherry”, o de su incorrecta pronunciación, nació el “chilibrán”.
Bebida que fue objeto de cuentos y leyendas como la de “Delirio”, cuento de ciencia ficción publicado en Sudamérica, aparecido pocos días antes de la declaración de la Independencia Argentina, en un periódico de Buenos Aires en 1816. Cuenta la visita a “Buenos-Aires” de Tremebundo, varón de gran respeto y reputación en el país de las gentes, o de los gigantes, que emprendió la reforma del universo físico y moral, lastimado de la miseria y costumbres abyectas de los hombres. Para llevar a cabo su designio, deliberó viajar por todo el globo con la sola compañía del esforzado Chilibrán, el más robusto y animoso de sus escuderos. 
 
Delirio” es un ejercicio de crítica social urbana de acuerdo a los dictados de la todavía fresca Revolución Francesa. Tremebundo es una suerte de superhombre con grandes poderes, que modifica el pueblo a su antojo, que reemplaza el viejo muelle existente (más bien una serie de escombros) por uno más digno y majestuoso con un sólo ademán de su brazo izquierdo.
 
Sustituye todos los edificios públicos por construcciones más ostentosas, las cárceles dejan de ser hediondos pozos para convertirse en lugares de recuperación, con talleres ocupacionales que producen mercaderías. Crea una universidad y elimina la mendicidad con casas de caridad. 
 
Convoca a los vecinos y establece un reglamento de convivencia. Las calles, gracias a la colaboración de Chilibrán, ya no son ríos de fango sino paseos empedrados y la policía tiene una nueva función, barrer las plazas. Chilibrán era un personaje capaz de arrojar a los indeseables tan lejos, hasta Constantinopla. !Que bien suena esta música hoy en día!.




Este licor-aguardiente contó con productores y distribuidores en nuestro entorno cercano: El portugalujo Gregorio Vitorica y Menchaca, elaboraba su propio Chilibrán y lo vendía al público en el único establecimiento de ultramarinos finos de importancia que existía en Portugalete, concretamente en la “Calle Del Medio” (hoy de Victor Chávarri). Gregorio Vitorica emigró a Cuba a sus 14 años y volvió a los 23. Trajo consigo la receta correspondiente, iniciando la elaboración en Portugalete en el año 1866 aproximadamente y vendiéndolo al público hasta 1901. 
 
Por entonces, las baserritarras que iban a vender leche y vendeja a esa villa, adquirían el Chilibrán “en la tienda de “Don Gregorio” y se lo desayunaban mojando en él un pan esponjoso que entonces se elaboraba, que se llamaba “gallofa” (bollo de pan francés dice el diccionario para esta palabra) y que se vendía a cinco céntimos. 
 
En los años 50 del pasado siglo XX existía en la calle Bidebarrieta nº 14 de Bilbao la Tienda de “Abaitua Hnos.”, en la que se vendía un Chilibrán de elaboración propia y también se podía adquirir “Aguardiente de Tarragona”, ingrediente imprescindible para la elaboración de este licor. Después de prensada la uva quedaba un residuo llamado hollejo, del que procedía por destilación el producto que se llamaba alcohol, aguardiente, orujo, “holanda” o Brandy. 

  
En el Canto poético a Algorta del “Bardo de Amesti”, se dice que la algorteña Dª Luisa Uriarte obsequiaba a sus invitados con la degustación de chorizos y Chilibrán. Se contaba que Dª Luisa traía los chorizos de Orozko. Se decía también que esta adinerada señora tuvo la oportunidad de recibir como invitado al Rey Alfonso XIII en una de sus visitas a Bizkaia. 
 
Dª Luisa vivía en una casa de la Avda. de Basagoiti nº 26. Era persona de ideas monárquicas, solía poner a todo volumen la marcha real en aquellos gramófonos de la época. Tenía un hermano, D. Telesforo Uriarte, al que en el pueblo se le llamaba D.Telesforo H.P., pues fue uno de los primeros poseedores de aquellos primeros vehículos a motor de gasolina con transmisión por cadena. 
 
¿De dónde procedía el Chilibrán que se consumía en el Casino Algorteño?, ¿Como y quien lo introdujo? Esas preguntas quizá tengan respuesta por algún seguidor de este blog. 
 
En próximas entradas seguiremos viendo los avatares de aquellas bebidas, que como el aguardiente, ron y otros espirituosos, comenzaron a introducirse en nuestro pueblo allá por 1816.

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