jueves, 7 de noviembre de 2013

EL AGUA POTABLE EN GETXO -II-


Continuamos con los personajes y tiempos en la historia del suministro del agua potable a la población de Getxo, en la que siempre intervinieron las aguas de los manantiales de otros municipios, más o menos cercanos (Berango, Erandio y Loiu). 
 
Los inicios. Vamos a ver cómo fue su evolución en aquel lejano final del Siglo XIX. Para ello abriremos una ventana en el tiempo. Estamos a finales de Junio de 1883: 
 
El consistorio, preocupado por dar una solución a la demanda y de regular y mejorar el suministro de agua potable a la población decide encargar al ingeniero Dn. Laureano G. Santa Maria la preparación del proyecto del abastecimiento para el municipio. Proyecto que sería aprobado el 7 de Febrero de 1884. 

 
El 27 de Marzo de aquel año, se designa una comisión, que presidida por Dn. Asensio Inchaurtieta, quedaría compuesta por los miembros de Hacienda, Fomento, Policía Municipal y algunos vecinos, con objeto de emitir un informe. El informe fue publicado el día 28 de Marzo de aquel mismo año. 
 
En dicho informe se incluían aspectos económicos de interés para el Consistorio, que iban desde la adquisición de materiales (hierro), con el fin de abaratar la posterior subasta, a la forma de financiar la misma (emisión de obligaciones), dentro de lo que incluían de forma anual 10.000 pesetas, para intereses y amortización. En la sesión del 1 de Mayo de 1884, quedaba aprobado aquel proyecto. 
 
De la urgencia por acometer aquella obra, da fe la diligencia con la que se iniciaron las actuaciones. El día 5 de Junio de 1884, se acuerda iniciar los trámites para llevar a cabo el aprovechamiento de los manantiales de “Basarte”, “Atxabale” y “Jaunkoerreka”, situados todos ellos en los montes del vecino municipio de Berango. 

 
Aquel acuerdo contaría con una, nunca mejor dicho, piedra en el molino. Al publicar anuncios y enviar un ejemplar de los mismos al Ayuntamiento de Berango, se encontró con una reclamación presentada por la vecina de este municipio Dña Luisa Oleaga, quien aducía que dentro de las aguas de los manantiales que Getxo, proponía utilizar, ella tenía derechos de propiedad, cuyos títulos obraban en su poder, para las aguas que alimentaban al molino de “Botazpi” o “Errotachu”. 
 
Como consecuencia de este imprevisto, el Ayuntamiento de Getxo envió al Gobernador Civil de Bizkaia todo lo actuado hasta la fecha. El 28 de Julio, se remiten al mismo, las relaciones de propietarios afectados por el proyecto. Dentro de los vecinos afectados de Berango estaban los propietarios de los terrenos del nacimiento de los manantiales “Achabale” y “Basarte” (Ignacio Arana y J.A. Barrenechea) y el de la heredad y viñedos dentro de la que se situaban los depósitos de aguas de Alango (Antonio Basauri, de Portugalete). Así como los propietarios de los molinos, que se utilizaban para molienda de harinas, “Goiko-Errota”, “Beko-Errota”, “Errotatxu” e “Itze”, de los que eran propietarios Dionisio Zubiaga (de los dos primeros), Luisa Olega (del tercero) y el vecino de Madrid, Marqués de Torrecilla, del último de los molinos. 

  
Eran muchas las casas y terrenos que se veían afectados, cuyos propietarios tenían vecindad en diversos lugares, tales como Berango, Bilbao, Gorliz, Mungia, Portugalete, Santurtzi, Sopela, incluso algunos con vecindad en América, como era el caso de Manuel Retureta y Constantino Cortina, este último propietario de la casa denominada “Madariaga”. 
 
A pesar de no existir documentación sobre el desarrollo de aquellas obras, la primera que vuelve a aparecer es en 1892. En la misma el Ingeniero Director de la obra Dn. Laureano G. Santa Maria, indicaba que “...una vez concluidas aquellas, el vecindario de los barrios de Algorta y Las Arenas, habían venido surtiéndose de las aguas procedentes de los arroyos Basarte y Jauncoerreca...”, “...sin embargo no había sido posible utilizar las de “Achabale”, porque dicho manantial brotaba a un nivel inferior, a la de la linea de conducción...”. 
 
Todos aquellos problemas, además del aumento experimentado en el consumo de agua, tanto en lavaderos y fuentes, como de las perdidas que se producían en la conducción, hacían insuficiente el suministro. Por ese motivo se procedió a clausurar temporalmente el suministro de aguas a los lavaderos, a pesar de los problemas de higiene que ello podía causar. También se suprimió el riego en jardines y paseos. Aquella reducción en el caudal de las aguas, supuso un serio problema en el suministro a los domicilios, que vieron reducido el suministro con cortes y limitaciones temporales. Además de suponer un problema para el suministro de agua a los mataderos existentes, el de “Asuarkana” (1878) en el Puerto Viejo de Algorta, “Iturribarri” (Estrada de Tosu 1880) y el de “Alango” (1893). 

 
Todo ello, pese a que en previsión de estos problemas, ya en 1891, el director del proyecto había recomendado la utilización de los manantiales “Atxarbide”, “Sierri” y “Sustatxa” de Berango. 
 
Para el suministro de agua a las citadas poblaciones, el municipio contaba con 13 fuentes públicas y 12 pilas para el jabonado de ropas situadas en el barrio de Algorta (dos de ellas con dos grifos), otras dos fuentes en Areeta-Las Arenas. En aquella época, a pesar de contar con bocas de riego para prevención de incendios, estas aún no habían sido utilizadas. 
 
En la próxima entrada continuaremos viendo los avances y problemas, que el suministro de aguas provocaba en el municipio de Getxo.

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