martes, 17 de septiembre de 2013

EL BLOCAO DE ARRIGUNAGA


Existen unas ruinas sobre la playa de Arrigunaga, que muchas generaciones, hemos visto deteriorarse por el paso del tiempo y las inclemencias climatológicas. Muchos nos habremos preguntado -¿Y que son?-. La necesidad de saber, que nos acompaña constantemente, a lo largo de nuestra existencia, haría que para mi, esto fuera una asignatura pendiente.

Gracias a la documentación del Archivo Municipal, he logrado obtener la respuesta ha esta vieja pregunta. Dicho asentamiento no era sino un “Blocao” (parapeto que se construye sobre un terraplén de tierra apisonada y que sirve para proteger a los soldados). Esta fortificación formo parte de otro conjunto de defensas que en el Siglo XVIII, sirvieron para proteger el Abra.


En la defensa del Abra y margenes del nervión intervinieron 14 ó 15 fortificaciones. En concreto y circunscribiéndonos a la defensa del litoral Getxotarra, se crearon, a lo largo de la historia, varios fortines. El de la Galea de mediados del Siglo XVIII, y los de Usategi (Bateria San ignacio) y Arriluze (Punta Begoña) entre 1639 y 1640.

En cuanto a este Blocado o fuerte de Arrigunaga, en un informe que realizó la Sociedad de Ciencias Aranzadi en el 2011. Se afirmaba que debió de construirse a finales del Siglo XVIII. En sus inicios era una fortificación de estructura muy rudimentaria, constituida por un parapeto de tierra, que había que renovar cada cierto tiempo. 

 
Hacia 1742 fue recompuesto mediante muros mampuestos, con troneras en algunos puntos. La primera referencia histórica data de 1796, y aparee en el Memorial de Jose Ventura Mendoza de Arriaga. La batería estaba dotada de dos cañones (uno de calibre de 8 reforzado) y otro de (calibre de 6 reforzado), montados sobre cuneteras sin herrar, con 95 balas de los calibres indicados, 19 palanquetas y 155 libras de metralla. Es presumible que esta edificación estuviera cubierta por alguna estructura de madera, fundamentalmente para protegerse de las inclemencias del tiempo, y mantener seca la munición.

La primera habilitación como posición defensiva en la zona de Arrigunaga tendría lugar en el contexto de la Guerra de Convención (1793-1795). Todo indica que la posición debió de ser muy sencilla, estando destinada a batir la playa, al no cubrirla ni la batería de Usategi ni la de la Galea. No obstante estas baterías de playa no debían ser muy efectivas ya que su tiro era rasante, por lo que para serlo necesitaban estar situadas a ras de playa, y así provocar mayores daños en las embarcaciones atacantes. Estas fortificaciones sin embargo no podían mantenerse mucho tiempo contra el fuego de un navío. 

 
Es precisamente en el desarrollo de la Guerra de Convención entre (1808 y 1813), cuando las baterías costeras bizkainas, serán arrasadas por los ingleses. Y sus pertrechos robados o inutilizados, porque a pesar de ser aliados de la corona española, escondían el objetivo de eliminar obstáculos futuros, en el caso de un previsible futuro conflicto entre las coronas española e inglesa.

Los informes que aparecían en 1818, hablaban de la practica destrucción de los dos cañones de la fortificación. Uno de ellos despeñado en la ribera del mar, y el otro inutilizado, faltándole un muñón y el cascabel. El fuerte tendrá nuevas reconstrucciones, pero su vida no pasara del medio siglo. En 1832 se produjo el fallecimiento de dos jóvenes mientras jugaban en sus almenas, lo que provocó la queja del Ayuntamiento por su deteriorada y peligrosa situación. En Diciembre de 1852 será el Alcalde Juan Antonio Zubiaga, quien solicitará a la Diputación, el derribo de la fortificación.


En 1863 se sacaría a subasta y sería adquirida por el farmacéutico y vecino de Bilbao Jose Maria Somonte Martinez. La parcela permaneció en manos privadas hasta 1972, fecha en la que el Ayuntamiento permutó la parcela, a la entonces propietaria Maria Begoña Hormaza, por un terreno en la zona de Martikuena.

Así este fuerte que vio la luz entorno a 1793-1794. Que resultaría destruido en las guerras Napoleónicas y nuevamente reconstruido en el otoño de 1827. A partir de las primeras guerras carlistas entro en un proceso paulatino de abandono y posterior ruina.


Hasta aquí un pequeño resumen de la historia de esa fortificación, que hoy languidece, junto a la pista de Skate de Arrigunaga. De la que la historia nos cuenta que su munición, al pasar las situaciones de peligro, eran trasladadas al fuerte de la Galea.

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